¿Es perjudicial para el desarrollo de los niños el tiempo que pasan conectados a los dispositivos electrónicos? Esa fue la pregunta que se plantearon investigadores de la Universidad de Sendai en Japón, en un artículo que publicaron esta semana en la revista científica JAMA.
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La conclusión no es definitiva, pero los investigadores han sugerido que debería limitarse al menos durante el primer año de vida porque su uso –al menos por un espacio de cuatro horas al día– está asociado a retrasos en el desarrollo de las habilidades de comunicación y la capacidad de resolver problemas en años venideros.
Investigación
La investigación, que fue realizada en más de 7,000 bebés y sus madres, confirma estudios previos que ligan el tiempo que pasan los niños frente a las pantallas y su desarrollo posterior.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló en 2019 que era aconsejable que los niños menores de un año evitaran por completo la televisión, juegos de video, teléfonos móviles y tabletas. Para los infantes de entre 2 y 5 años, la recomendación es que no pasen frente a estos dispositivos más de una hora al día.
Un dato revelador: sólo uno de cada cuatro niños de 2 años cumple con los estándares fijados por la OMS, de acuerdo con un amplio análisis de 95 estudios.
“A menudo las pantallas se convierten en cuidadoras y cubren el espacio al que no llegan las familias, muchas de ellas sin que sean conscientes de esas consecuencias negativas”, explicó Diana Oliver, quien es la autora del ensayo “Maternidades precarias”, quien fue citada por el diario El País, al explicar que a menudo estos artefactos se convierten en herramientas a las que echan mano los padres para mantener a sus hijos entretenidos mientras lidian con los imponderables diarios de la vida.
‘En ese punto la investigadora fue categórica: “Es una forma de que no se note su presencia [de los niños] y de que no molesten” y recalcó que “deberíamos preguntarnos de qué condiciones disponemos para criar”.
La investigación de la Universidad de Sendai no tuvo en cuenta qué tipo de contenido consumían los bebés, pero reconoció que hay videos que pueden tener un propósito educativo.