Un equipo de científicos del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales del KAIST (Korea Advanced Institute of Science and Technology) encontró la manera de fabricar una batería de iones de sodio, que puede almacenar grandes cantidades de energía y se puede cargar rápidamente. El hallazgo es uno de los pasos para el reemplazo de las baterías de iones de litio.
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Uno de los mayores retos de las baterías de iones de sodio, es que este elemento no era capaz de almacenar la misma cantidad de energía que el litio. Y además, su tiempo de carga era muy prolongado cuando lo comparábamos con las pilas convencionales.
Sin embargo, los científicos insistían sobre el uso del sodio, ya que el material es 500 veces más abundante que el litio, y al ser superconductor, urgía un descubrimiento como el que hicieron los investigadores del KAIST.
De acuerdo con una reseña de La Nación, los científicos surcoreanos desarrollaron un sistema híbrido en el almacenamiento de energía. “Pusieron materiales anódicos normalmente utilizados en baterías con cátodos adecuados para supercondensadores. Esta combinación permite que el dispositivo alcance altas capacidades de almacenamiento y velocidades de carga y descarga rápidas”, reseñaron en el medio citado, basado en el informe del instituto científico que lideró la investigación.
¿Por qué las baterías de sodio?
Las baterías de sodio se están consolidando como una opción sostenible y mejorada, ya que es un elemento abundante y fácilmente accesible. Esto las convierte en una opción respetuosa con el medio ambiente desde el punto de vista de la disponibilidad de recursos.
Tal como cuenta Computer Hoy, un grupo de investigadores liderado por la Universidad de Sídney diseñó una batería de sodio con una capacidad de almacenamiento superior a la de las baterías de iones de litio, y además, es mucho más económica de producir debido a los materiales requeridos.
La adopción de las baterías de sodio no se limita solo a los vehículos o aparatos eléctricos, ya que, debido a su mayor tamaño y peso en comparación con las de litio, son ideales para aplicaciones de almacenamiento a escala de red, desempeñando un papel crucial en la gestión de fuentes de energía renovable intermitente, como la solar y la eólica.