La inteligencia artificial (IA) en los procesos industriales está revolucionando la manera en que las empresas operan, mejorando la eficiencia, precisión y toma de decisiones. Por ejemplo, esta tecnología permite el análisis de grandes volúmenes de datos en tiempo real, optimizando procesos de producción y reduciendo desperdicios. Y también está jugando un rol vital en la aplicación de la energía solar a procesos industriales.
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Un estudio de la Universidad Estatal de Iowa determinó que solo un 13% de las industrias que podrían aplicar energía solar a sus procesos lo están haciendo, cifra bastante baja considerando el impacto medioambiental que este cambio podría generar. Incluso, en algo tan simple como la iluminación de zonas exteriores, se puede aplicar soluciones solares.
Por ejemplo, la startup chilena Cleanlight, que se dedica a la fabricación de torres solares móviles de iluminación, comunicaciones y vigilancia, está de hecho integrando inteligencia artificial (IA) en sus productos. Esta iniciativa permitirá optimizar la gestión de la energía solar y mejorar la fiabilidad y eficiencia de sus soluciones.
Cómo la IA y el sol podrían salvar a nuestro planeta
“Esta tecnología optimiza la gestión de energía solar ajustando automáticamente las configuraciones del regulador según las condiciones ambientales y prediciendo el comportamiento de las baterías. Esto asegura un rendimiento óptimo en cualquier entorno”, nos explica Jordan Butler, CEO y fundador de Cleanlight.
Las torres y generadores solares garantizan la continuidad operativa en faenas y áreas remotas del sector industrial, incluso en condiciones climáticas extremas. Esta tecnología limpia y renovable permite un ahorro significativo en gastos de combustible y reduce la huella de carbono, especialmente en la industria minera, una de las más contaminantes. Al aplicar además a la IA, el propio proceso de energía solar, que ya es sustentable, se optimiza para sacar el máximo provecho de la energía.
Reducción de emisiones y cambio climático
Los equipos fotovoltaicos también pueden ser utilizados en áreas rurales para proporcionar energía confiable y cero contaminante, mejorando la calidad de vida de las comunidades y contribuyendo al desarrollo local. En zonas urbanas, la aplicación de equipos solares ayudaría a optimizar la iluminación pública, haciendo las ciudades más seguras, eficientes y sostenibles.
“Nuestro objetivo es crear un impacto positivo tanto ambiental como económico. Al reducir la dependencia de combustibles fósiles y promover el uso de energía solar, contribuimos a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la mitigación del cambio climático”, añade el especialista.
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En Exponor 2024, se abordarán varios de estos temas. De hecho, desde Cleanlight (quienes participarán), nos señalan su enfoque en tres áreas clave: expansión de capacidades de fabricación, desarrollo continuo de tecnología IA y ampliación de presencia en mercados globales.
“Estamos comprometidos a utilizar la tecnología para crear un futuro más sostenible e inteligente para todos. Juntos, podemos hacer una diferencia significativa en la lucha contra el cambio climático y en la promoción de la sostenibilidad”, agrega Butler. Si a nivel mundial se aplicaran soluciones así, el impacto sería gigantesco, pero aunque parezca obvio, las cifras señalan que no hay interés masivo en sumarse a este cambio por parte de las industrias.
El desafío solar de las industrias
Si ya en iluminación y comunicaciones se podría generar un gran impacto moviéndonos hacia lo solar, imaginen lo que se lograría si se aplica a todos los procesos industriales. La industria consume energía a fin de generar el calor necesario para los procesos industriales, para el combustible de las calderas con objeto de generar el vapor necesario en la fabricación o para las materias primas con la finalidad de fabricar plásticos y productos químicos.
Estas fuentes de energía son principalmente el gas natural y el petróleo, pero también incluyen la electricidad, las energías renovables y el carbón. En Estados Unidos, la mayor economía del mundo, la industria manufacturera representó el 35 % del uso total de energía en 2021.
Alrededor del 20% de la energía consumida por la industria es electricidad. Pero hoy en día es tecnológicamente posible electrificar hasta el 50 % del consumo de combustible de la industria, según un estudio de McKinsey, lo que significa que esta electricidad también podría producirse mediante una fuente renovable, como, por ejemplo, a través de un sistema fotovoltaico industrial.
Pero, al inicio, citamos las cifras de la Universidad de Iowa: solo un 13% de esta misma “gran presencia industrial” de los Estados Unidos, se ha sumado a lo sustentable, solar y fotovoltaico. Sin duda, esta es una cruzada que necesita impulsarse aún más.