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¿Black Mirror? China revela su nuevo dron “mosquito” indetectable al radar y no es el único

Con solo 2 centímetros de largo y 0,3 gramos de peso, el microdispositivo biónico podría ser utilizado para espionaje y misiones encubiertas.

¿Black Mirror? China revela su nuevo dron “mosquito” indetectable al radar
¿Black Mirror? China revela su nuevo dron “mosquito” indetectable al radar.

Lo que hasta hace poco parecía pura ciencia ficción ya es una realidad: China presentó un microdrón militar tan pequeño que cabe en la yema de un dedo. Literalmente.

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El dispositivo fue revelado el 20 de junio de 2025 por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa (NUDT) a través del canal militar CCTV-7. Se trata de un robot biónico que imita a un mosquito: mide solo 2 cm, pesa 0.3 gramos y puede batir sus alas hasta 500 veces por segundo.

También incluye sensores y patas ultraligeras, lo que le permite operar de forma silenciosa y encubierta en misiones de vigilancia.

Según los investigadores chinos, su tamaño y maniobrabilidad lo hacen casi indetectable por radares convencionales, lo que lo vuelve ideal para operaciones especiales. Igual se presentó un modelo de cuatro alas que puede controlarse desde un smartphone.

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Pero no es un caso aislado: la guerra ya es cosa de miniaturas

Este no es el único desarrollo de este tipo. Países como EE.UU., Noruega y el Reino Unido también están apostando fuerte por los drones miniaturizados con aplicaciones tácticas.

Uno de los más conocidos es el Black Hornet, un dron del tamaño de una palma, usado por fuerzas especiales. Está equipado con cámara HD y sensores térmicos, y ya ha sido desplegado en escenarios reales de combate.

Harvard, por su parte, creó RoboBee, un robot que imita a las abejas. Aunque originalmente se diseñó para ayudar en la polinización, ahora es parte de investigaciones militares y de rescate. Incluso puede posarse sobre superficies gracias a sus patas magnéticas, como si fuera un insecto real.

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Más extremo aún es el proyecto HI-MEMS del Pentágono, en el que científicos implantaron chips en insectos reales —como polillas o escarabajos— para controlar sus movimientos. Sí, insectos reales con GPS y sensores.

Y no nos olvidemos del PigeonBot, desarrollado por Stanford, que imita el vuelo de aves reales usando plumas auténticas, o SoFi, un pez robot del MIT diseñado para nadar entre fauna marina sin ser detectado. Suena a episodio de Black Mirror, pero todo es real.

¿Estamos viviendo un episodio de Black Mirror?

El microdrón chino inevitablemente recuerda al episodio “Hated in the Nation” de Black Mirror, donde pequeños drones insectoides, pensados para polinizar flores, terminan siendo hackeados para asesinar personas. La línea entre distopía y desarrollo real ya no es tan clara.

Más allá del espectáculo tecnológico, este tipo de dispositivos plantea preguntas incómodas: ¿Cómo se regula algo que no se puede ver? ¿Qué pasa si se filtra a actores no estatales? ¿Y qué lugar tiene la ética en esta carrera armamentista invisible?

Por ahora, lo único seguro es que la vigilancia y la guerra se están volviendo más pequeñas, más silenciosas... y más difíciles de rastrear.

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