El mundo de la moda es una bestia compleja que constantemente se reinventa, pero a veces, la sabiduría más antigua es la que nos salva el día. Y con el otoño de 2025 asomando, la temperatura haciendo de las suyas (frío mañanero, calorcito traicionero al mediodía y el aire gélido de la tarde), el “truco” de vestir en capas o layering se convierte en tu mejor amigo. No es solo una tendencia para influencers de Instagram; es una estrategia de supervivencia inteligente que te permite adaptarte a cada microclima que te lanza el día, sin sacrificar ni un ápice de tu flow.
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Pero, ¿qué es exactamente esta “superposición estratégica” de la que hablan los gurús de la moda? Imagina que tu cuerpo es un procesador y las capas son los ventiladores que controlan su temperatura. El layering consiste en ponerte varias prendas ligeras, una encima de otra, que por sí solas no hacen mucho, pero que juntas crean una especie de “microclima” personal entre ellas. Este sistema de capas captura el aire, lo calienta con tu propio cuerpo y lo mantiene atrapado, actuando como un aislante térmico superior. La magia reside en que puedes ir añadiendo o quitando estas capas según suba o baje el mercurio, o según tu nivel de actividad.

¿Corriste a tomar el bus? ¡Fuera el chaleco! ¿Entraste a la oficina con aire acondicionado polar? ¡A poner la blusa! Es como tener un termostato personal integrado en tu ropa, pero mucho más cool. Y lo mejor de todo es que, además de ser funcional, te permite jugar con texturas, volúmenes y colores, elevando tu outfit a la categoría de obra de arte. Esta semana, varios videos en TikTok explicaban esta ciencia.
El “stack” perfecto: la ingeniería de tu atuendo por capas
Para dominar el layering no se trata de ponerse todo lo que encuentres en el armario de forma aleatoria. Hay una ingeniería detrás de esto, una lógica en la superposición que maximiza la calidez y el estilo. La clave es construir tu outfit como un programa informático, capa por capa, de la más básica a la más exterior.
Comienza con la capa base, lo que algunos llaman la “primera piel”. Piensa en ella como tu sistema operativo: es ligera, transpirable y confortable. Aquí entran en juego esas prendas que están en contacto directo con tu piel: camisetas térmicas finas, blusas livianas o, como nos recuerda Cristian Aimone, gerente de marketing de Intime, una ropa interior adecuada. “La ropa interior es el punto de partida invisible que sienta las bases de un buen look de invierno. Apostar por prendas que ofrezcan confort y sujeción desde la primera capa es esencial para sentirse bien y proyectar seguridad”, destaca Aimone. Después de esta capa fundamental, vienen las capas intermedias: blusas más abrigadoras, chalecos, suéteres finos. Estas son las que aportan el volumen y la mayor parte del aislamiento. Finalmente, la capa exterior: tu chaqueta, gabardina o abrigo. Esta es la que te protege del viento y la humedad, tu firewall contra los elementos. Al seguir este “stack” lógico, no solo estarás increíblemente cómodo y abrigado, sino que tu look se verá intencional, chic y con una profundidad visual que no lograrías con una sola prenda voluminosa. Es la matemática de la moda aplicada al confort.

La paleta de colores del futuro (y de la naturaleza): tu armario de otoño 2025
El layering no es solo una cuestión de funcionalidad; es una oportunidad de oro para explotar el estilo. Y para esta temporada Otoño 2025, la moda nos trae una paleta de colores que parece sacada de una película de ciencia ficción sobre la conexión con la naturaleza, pero que a la vez irradia una calidez reconfortante. Olvídate de los colores estridentes; lo de hoy son los tonos tierra y elegantes.
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Estamos hablando de terracota, ladrillo (piensa en el color de Marte o en un atardecer en el desierto), negro (el clásico infalible), grafito (sofisticación pura), crudo, beige, camel (los neutrales perfectos que combinan con todo), verde oliva, musgo (un guiño a los paisajes boscosos), malva y vino (toques de misterio y sofisticación).
Más allá de la superficie: la importancia invisible de la primera capa
En el mundo del layering, lo que no se ve es casi tan importante como lo que sí. Y aquí es donde la ropa interior cobra un protagonismo que a menudo subestimamos. No hablamos solo de confort; hablamos de la base sobre la que se construye todo tu outfit. Cristian Aimone, de Intime, lo subraya perfectamente: “Recientemente lanzamos la campaña ‘Abrígate’, que busca justamente resaltar cómo las prendas íntimas y de descanso adecuadas no solo brindan protección contra el frío, sino que también contribuyen a una sensación general de bienestar y confianza.”
Imagina que estás construyendo un edificio. La ropa interior es la cimentación. Si la base no es sólida, cómoda y adecuada, todo lo que pongas encima se sentirá incómodo, se verá mal o no cumplirá su función. Optar por sostenes elegantes o básicos confortables en materiales como encaje, algodón rib o satín no solo asegura que te sientas bien desde la primera capa, sino que también contribuye al aislamiento térmico general de tu atuendo.

Además, la elección de una ropa interior que te haga sentir bien impacta directamente en tu confianza y cómo te proyectas. Es el “hardware” fundamental de tu sistema de vestuario, trabajando silenciosamente para que el “software” (tus capas exteriores) funcione a la perfección. Es un truco de experto: la base invisible que define el éxito de tu look.
La gran reflexión: ¿Es el Layering el verdadero superpoder del otoño?
En un mundo donde la tecnología nos ayuda a optimizar cada aspecto de nuestras vidas, el layering se presenta como el “hack” analógico perfecto para optimizar tu confort y estilo en temperaturas cambiantes.
Es un sistema modular para tu vestuario, una forma de ser eficiente y chic al mismo tiempo. Así que, la pregunta final es: ¿estás listo para abandonar la lucha contra el frío y abrazar esta técnica milenaria, o seguirás confiando en un solo abrigo enorme que te hará sentir como un pingüino en apuros? El otoño está llamando, ¡y tu armario tiene la respuesta!