Las características de una buena cita están dictadas por norma: buena cena, música suave, luz ténue, es la nomenclatura del éxito, sandía calada dirán algunos. Gran parte del encanto se lleva dentro, pero el complemento de las externalidades te deja con la ilusoria satisfacción de realizar un encanto.
En esta fecha donde el consumismo se fomenta y valida el centro comercial citadino se vuelve lugar de peregrinación. Dejando la compra navideña de lado y abriendo bien los ojos, en Plaza Egaña hay una muestra de conservacionismo admirable. Quizás no sea muy purista la intervención, pero se agradece de todas formas, la antigua Casa Maroto hoy alberga una gran pizzería, La Fabbrica es un lugar de servicio moderno que en su informalidad respira relajo, el interior de la casona es a lo menos alucinante, arquitectura que ya casi profesa hace gala de mejores épocas. Mucho detalle decorativo deja evidencia del cuidado por los detalles, una iluminación discreta alberga un par de salones que buscan aun su propia personalidad, tienen una carta completa en preparaciones y apropiada en contenido.
Pedimos ensalada y pizza y es ahí donde resaltan, la masa otorga a la vista buenos ingredientes y correcta manipulación. Los ingredientes caprichosos de nuestra pizza eran el parmesano, berenjenas y un toque de salchicha, balanceado sin convertirse en una bomba, armónico por decir lo menos. La ensalada caprese también fue un hit, los tomates limachinos llegaron hace poco a nuestras mesas y es bueno disfrutarlos junto a un buen ovillo de mozzarella de búfala y algo de pesto de albahaca. Sólo un buen chorro fresco de aceite de oliva puede darle el toque de final a tan noble conjunto de elementos.
Ya tenemos la cena y la luz ténue y gracias al universo también teníamos la música, el restaurante hace amplio su giro y se la juega por el show en vivo. El nuevo Club de Jazz de Santiago te da la oportunidad de disfrutar de lo más diverso del catálogo nacional de la especialidad, bandas y solistas desfilan casi todos los días de la semana en el pequeño escenario dispuesto en el amplio comedor principal de la casa. Es entonces en que las los engranajes se aceitan y comienzan a trabajar, el plan maestro de una velada emotiva es al mismo tiempo un buen regalo de nuestra calurosa Navidad. Ningún spray de nieve artificial podría opacar ese momento, los acordes del piano comandan el sónico momento, hubo un minuto donde puedes cerrar los ojos y disfrutar del conjunto en su totalidad.
Hay que ser cuidadoso y reservar, las mesas frente a la banda están súper cotizadas y aunque te cobraran la entrada al show, el precio bien vale la pena, hay que sentarse, ordenar, brindar y levantar la mirada para emocionarse con la casa y la música.
Coordenadas:
• La Fabbrica, Av. Ossa 123, Ñuñoa
• Teléfono 2 28306208
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