Vivi Kreutzberger fue la invitada de este lunes a «De tú a tú», donde conversó con Martín Cárcamo sobre los problemas que tuvo al entrar a la televisión.
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La primera vez que Vivi apareció en televisión fue en una entrevista de “Extra Jóvenes” en donde hablaba de su padre. Luego, salió en “Viva el lunes”.
Vivi asegura que por su apellido, la gente piensa que le juega a favor, pero es todo lo contrario. “Mucha gente del equipo, en el canal, estaba muy a contra pelo con que yo estuviera ahí porque consideraban que no correspondía o que me había saltado la fila. Las actitudes eran súper hostiles. Hubo un bullying súper heavy, con la idea de ‘no te queremos aquí’. Y la gente que era parte del equipo antiguo también consideraba que era un riesgo tremendo poner a una persona que no tenía las competencias”.
El peso y el cáncer de Vivi Kreutzberger
La animadora señala que cuando se vio en la tele al lado de otras mujeres, fue la primera vez que se fijó en su peso. Y luego coincidió con su separación. “Me separé, entré a la televisión y bajé de peso, todo en seis meses”. Enfatiza en que nadie haga la dieta del repollo. Bajó 40 kilos con ella en cuatro meses, pero es una dieta muy peligrosa.
“Después de esa baja de peso, después de cuatro o seis meses con esa locura, es que apareció el cáncer”, dice Vivi. Relata que llevó a Ilan a chequeo médico y ahí le dijeron que se hiciera uno. Después de eso, el médico le dice que tenía malas noticias. «Me dice ‘tuve que sacar la tiroides completa, tienes cáncer y metástasis en muchos ganglios. Te saqué 20 ganglios y hay muchos malos'».
“Conversando con mis papás, decidimos buscar un lugar…había un hospital en Houston, EEUU. Yo creo que para mis papás era una cosa tremenda. Se vieron, pienso yo, con cinco nietos chicos, con una hija que no sabían si efectivamente era una cosa de vida o muerte, y pensando de que se les venía una cosa encima que no era menor”. La primera vez que Vivi fue a su tratamiento, su papá se quedó con los niños. “De alguna manera, tú dices que no puedes dejar a estos cabros solos, yo tengo que salir de esto a como dé lugar”.
En Houston le hicieron un tratamiento con yodo radioactivo muy agresivo. Cuando salió del hospital no podía estar cerca de sus hijos porque seguía irradiando. Se quedó en la casa de sus papás, y estaba muy alicaída.
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“El vivir cada momento, el disfrutar cada momento, el darle tiempo…cambié mucho en empezar a hacer cosas que yo quería, que me gustaban, que quizás en otro momento las había postergado”, dijo.
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