El Gráfico Chile

El nexo chileno en el bochornoso episodio de Atlético Tucumán en Ecuador

Mineral Airways es la aerolínea nacional que trasladó al conjunto argentino desde Ezeiza a Guayaquil, pero que no pudo llevarlo a Quito, provocando el polémico episodio.

El bochornoso episodio de Atlético Tucumán vivido en Ecuador, por el partido de vuelta de la segunda fase de la Copa Libertadores ante El Nacional, tuvo responsabilidad chilena. La aerolínea que trasladó al conjunto argentino desde el país trasandino hasta Guayaquil, con escala previa en Arica y que estaba encargada luego de llevar al plantel hasta Quito el mismo día del partido, es Mineral Airways, del grupo chileno Dap.

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Tal como lo hizo la selección chilena cuando enfrentó a Ecuador por las clasificatorias a Rusia 2018, Atlético Tucumán decidió llegar sobre la hora al partido, para no tener efectos tan negativos de la altura de la ciudad de Quito. Ya cuando el plantel estaba arriba del avión, el comandante les anunció que no recibía el permiso para viajar.

«Se procedió a cancelar la autorización de operación del vuelo de la compañía AEROVIAS DAP S.A. toda vez que se verificó que la modalidad del vuelo solicitado incumplía con la regulación aeronáutica del Estado ecuatoriano», informó en un comunicado la Dirección General de Aviación Civil de Ecuador.

Según informó el dirario La Nación de Argentina, los responsables del vuelo chárter le explicaron a los dirigentes del club tucumano que la prohibición de despegue se debió a un conflicto con las autoridades aeronáuticas del aeropuerto José Joaquín de Olmedo, por no tener la documentación en regla, por lo que debieron ser retenidos por tres horas.

«La irresponsabilidad es de la empresa chilena que no tenía los papeles en regla. Es una falencia de ellos y no tiene porque pagar el equipo de Atlético de Tucumán», aseguró a Fox Sports Luis Juez, Embajador de Argentina en Ecuador.

Presionados con la regla del «walk over», que dice que si un equipo no se presenta a jugar a 45 minutos a partir de la hora oficial del partido pierde el encuentro, los dirigentes del elenco trasandino hablaban con la Conmebol y con Fox Sports para jugar el compromiso, asumiendo que llegarían tarde. Y al mismo tiempo, Mario Lleito, presidente del club, gestionaba un avión para trasladar a 25 personas: los 19 jugadores y cuerpor técnico y algún dirigente y sin la indumentaria.

Finalmente, un vuelo de Latam que despegó a los 20 horas llevó al plantel desde Guayaquil a Quito. Llegó a las 21:02 y el partido debía comenzar a las 21:15 horas, pero el viaje del aeropuerto al estadio son aproximadamente 50 minutos.

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Se llegó a acuerdo y el encuentro se jugó igual. Inició a las 22:45 y terminó con una épica victoria del elenco trasandino.

A pesar de los inconvenientes, la aereolínea Mineral Airways no ha asumió su responsabilidad en uno de los hechos más bochornosos de los últimos tiempos en el fútbol sudamericano.

«Lamentablemente nosotros también estamos afectados por esta situación. DAP es la aerolínea chilena privada más antigua en vigencia; llevamos décadas realizando vuelos regulares y charter, muchos de estos trasladando por diversos países a una centena de equipos de fútbol, incluida la Selección Chilena en varias oportunidades. Como en cada caso, DAP contaba con todos los permisos para operar en Ecuador, y el plan de vuelo se encontraba aprobado desde días antes», informó Dap en un comunicado.

En el equipo trasandino no culpan a la aerolínea nacional, sino que sospechan de que la prohibición de no volar pudo haber sido por una maniobra para sacar ventaja y no por el permiso.

Pablo Lavallén, entrenador de Atlético Tucumán, respaldó esa hipótesis. «La empresa tenía los permisos, sino el avión no hubiera salido desde Ezeiza. Algo extraño pasó, pero bueno, estuvimos al borde de no jugar y encima no nos despacharon las camisetas y los botines. No se quién, pero alguien paró un avión dos horas. Fue descarado».

 

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