El resurgir de Santiago Wanderers en las últimas semanas tiene nombre y apellido: Jean Paul Pineda. Con cinco goles en el Transición, dos de ellos en el Clásico Porteño y uno el pasado domingo en el triunfo sobre O’Higgins en Rancagua, el delantero de 28 años ha mantenido a flote a los caturros en la lucha por no descender.
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Además, ha sido fundamental para que el equipo de Nicolás Córdova esté instalado en la final de la Copa Chile y clasificado a la próxima Libertadores. El otrora ariete de Colo Colo, Córdoba de España y Vitória de Brasil explica su proceso de maduración, anticipa las ambiciones wanderinas en los dos torneos -con la U en el horizonte en ambos- y alaba a su actual entrenador, quien ya lo había querido como refuerzo de Palestino.
¿Cuáles son las razones de tu buen momento?
Trabajar, trabajar y trabajar, cuidarse, estudiar al rival y tener detrás un gran cuerpo técnico y grandes compañeros, porque sin ellos uno no es nadie. Llevamos poco tiempo de trabajo, pero te vas ilusionando y vas tomando más confianza. La continuidad es primordial para un jugador y más para un delantero si van saliendo los goles. Lo ideal es seguir creciendo partido a partido, a pesar de que no vengo con pretemporada. Por eso a lo mejor me ha costado en lo físico, pero la situación que está viviendo el club me ha dado más fuerzas para estar luchando por permanecer y lograr cosas importantes.
¿Cuánto influyeron tus pasos por España y Brasil para tu crecimiento profesional?
España y Brasil tienen un fútbol muy diferente, me ayudaron mucho para madurar y tener otros conocimientos, porque física y técnicamente son muy superiores a nuestro país, en infraestructura y económicamente también, es la realidad. Uno va conociendo otro tipo de jugadores y trata de estar a la altura. Eso es lo que he aprendido, no tanto la técnica y a hacer goles, sino sobre la comida, los descansos y la táctica, que se trabaja muchísimo allá. De hecho, una de las razones por las que estoy en Wanderers es por la forma de trabajo del Nico (Córdova), que es muy parecida a las de afuera.
¿Córdova fue clave entonces para tu llegada?
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Desde antes de irme a Brasil tuve contactos con el Nico para llegar en ese entonces a Palestino. Me interesaba mucho trabajar con él, porque es un entrenador que estudia harto a los rivales, por eso todas las semanas hacemos cosas distintas. Es muy sabio y puede dar que hablar en muy poco tiempo. Estoy seguro de que va a seguir creciendo.
¿En qué debe concentrarse Wanderers, en ganar la Copa Chile o salvarse del descenso?
Estamos concentrados en los dos torneos. Sabemos que no tenemos una cantidad de jugadores como para rotar mucho, pero hasta los que han surgido del club, los más jóvenes, lo están haciendo de buena manera. La Copa Chile la vamos a pelear con nuestras armas, sabiendo que la U puede ser muy superior en muchas cosas, pero en una final pasa de todo. Estamos muy ilusionados de hacer historia, son oportunidades únicas. En el Transición, el trabajo está dando frutos y deseamos salir lo más rápido posible. No será fácil, pero esperamos salvarnos por nosotros, por nuestras familias y por toda una ciudad, porque me ha sorprendido bastante la hinchada de Wanderers.
¿Qué se viene para tu carrera?
En lo único que estoy pensando es en que nos salvemos y ganemos la final de la Copa Chile, y después se sabrá qué pasa conmigo. Tengo contrato vigente con Wanderers y estoy feliz, me han recibido muy bien, por lo que hay que mojar la camiseta en todos los partidos. Estoy orgulloso de haber llegado a un club así. Espero estar mucho tiempo en este proyecto, porque se puede aspirar a grandes cosas, no sólo a clasificar a copas internacionales, sino a pelear torneos. Tengo los pies bien puestos sobre la tierra.