Lejos ha estado Pablo Guede de ser el “puto amo” en Chile, lo que él pensaba que era. Más allá de un inicio prometedor, no ha podido trabajar tranquilo casi nunca, porque cuando las cosas van mal, le pegan en el suelo, y cuando van bien, algo hay que inventar para moverle el piso.
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El argentino ha quedado en medio de una lucha política entre los dos hombres fuertes de Blanco y Negro, Mosa y Vial, por eso las filtraciones a la prensa son constantes y deben tenerlo cansado. Y como el “respaldo” que tiene es Don Aníbal, siempre con un pésimo manejo, tanto interno como externo, debe ser difícil hacer su pega sin ver fantasmas en todos lados.
Pongámonos en los dos escenarios, primero cuando todo era color de rosa. Colo Colo marchaba puntero, venía de alcanzar la regularidad que tanto se le pedía y a lo largo de su racha, se había dado el lujo de golear a la U en el Monumental y ganarle a la UC en San Carlos. ¿Y cuál fue el centro del debate durante esos días? Si era o no un equipo defensivo. No basta con ser el más goleador del torneo y haber boleteado a los otros dos líderes. Los “históricos”, que unos meses antes le decían que no saliera a regalarse, ahora reclamaban por la poca vocación ofensiva.
Vamos al segundo caso, cuando la vida se le complica. El Cacique pierde contra Temuco y enreda su opción al título. Y entonces empiezan a aparecer los nombres de candidatos para reemplazarlo -saque usted sus conclusiones de dónde vienen- y el “sostén” que tiene, el presidente, en una nueva muestra de su falta de capacidad de liderazgo, dice que Mario Salas no es del perfil que necesita el club. Si ya hay un “perfil”, es porque están buscando técnico, es cosa de sumar 2+2.
Por eso entiendo la carta del DT desmintiendo ofertas, porque si el jefe deja el tema abierto, se presta para especulaciones. Y nuevamente saltan los oportunistas para cuestionar esa publicación, los mismos que defendían la libertad de expresión cuando, por ejemplo, Valdivia criticó a Gamboa. Claro, como el Mago es querido por la gente…
En fin. El entrenador ha fallado en muchos aspectos y seguramente le cae mal a la mayoría, pero de ese descontento popular se agarran algunos para criticarlo hasta por cómo habla. Por eso probablemente se irá a fin de año pase lo que pase, tal como Bielsa, Sampaoli y varios más que se aburrieron de tener que salir a responder día a día por una acusación distinta.