Arabia Saudita ha jugado apenas cuatro Mundiales en su historia, asistiendo de forma consecutiva entre Estados Unidos 1994 y Alemania 2006. Ahora, tras 12 años, volverá a la máxima cita del fútbol planetario con Juan Antonio Pizzi al mando, quien reemplazó a su compatriota Edgardo Bauza.
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Justamente otro argentino fue quien llevó al país árabe a lo más lejos que ha llegado en una Copa del Mundo, en el torneo norteamericano. Se trata de Jorge Solari, que como DT del combinado asiático alcanzó los octavos de final del certamen estadounidense.
“Fue una experiencia muy buena y linda. Nos fue relativamente bien en cuanto a resultados, porque pasamos la primera ronda, la única vez que se pudo lograr”, recuerda el Indio, cuyo equipo clasificó a la fase de los 16 mejores como segundo del Grupo F, con los mismos seis puntos que Holanda y Bélgica, que también avanzaron, dejando fuera a Marruecos, con cero unidades. Suecia, a la postre semifinalista, eliminaría a los saudíes con un 3-1.
Jorge, ¿cómo describiría al jugador árabe?
El árabe es un jugador técnico. No es fuerte, como el alemán, sino tipo brasileño, tocador. Hay que valerse de eso. De acuerdo a nuestra época, jugamos con un equipo que contragolpeaba, pero tratando de no tirarse atrás, porque a los árabes no les gusta y no saben defender. Si uno trata de hacerlo, seguramente le va a ir mal.
¿Tiene Pizzi posibilidades de pasar la primera ronda, como lo hizo usted?
Sí señor, tiene posibilidades de avanzar otra vez, cómo no. A pesar de que parece que los equipos de esa zona son un poco más débiles, tienen capacidad individual y como grupo para pasar a la segunda ronda. Todo va a depender del equipo que puedan armar y de los rivales que le toquen. Son jugadores que van al Mundial con mucha ilusión, porque además de conocer lo que significa jugar uno, ven cosas diferentes a cómo funciona un país árabe en cuanto a cultura, eso les llama mucho la atención.
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¿Podrá Pizzi trabajar tranquilo? Bauza nos contó que él no pudo…
Yo, por lo menos, trabajé muy tranquilo, no nos molestó nunca nadie. No sé cómo habrá sido, pobre Patón, si tuvo problemas. A nosotros nos trataron bien y tuvimos jugadores muy predispuestos para laburar. Trabajábamos intensamente, porque teníamos poco tiempo, pero lo hicimos muy bien.
