Michael Ríos vuelve a casa. Aunque nació futbolísticamente en Santiago Morning, el volante es hijo adoptivo en Iquique, donde sumará su tercer paso por el club.
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Tras experiencias bastante dispares en dos grandes del país, Universidad Católica y Colo Colo, el mediocampista busca renovar aires en Tierra de Campeones y, ya qué está en esos suelos, por qué no, pelear la corona con los Dragones Celestes.
¿Iquique es tu casa?
Sí, vuelvo donde me gusta y espero que salga todo bien, para eso estoy entrenando fuerte. La gente me hace sentir así, el día a día acá es muy bueno y el aire es otro. Tengo muchas ganas de hacer una buena pretemporada para cubrir el año completo, que se viene pesado.
¿Qué objetivo tiene un equipo que empezó el año en lo más alto y terminó en lo más bajo?
Volver a lo más alto. Esperamos pelear de igual a igual contra cualquier equipo, incluso con los más grandes, que son los que tienen ventaja, por la calidad de jugadores que traen y porque la gente los hace favoritos. Éste es un grupo humilde, pero con ganas de hacer cosas importantes. Esperamos repetir lo que se estaba haciendo hace un año atrás, que es clasificar a copas internacionales y, por qué no, luchar el torneo.
¿Buscas relanzar tu carrera en Iquique o ir poniéndole fin?
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Vengo con la mejor disposición de tratar de ayudar a Iquique en lo que más pueda. Espero ganarme un puesto y voy a pelearlo día a día, no veo más a futuro. Me gusta ver el presente y cuando llegue la hora de no jugar más, llegará. Estoy enfocado en Iquique y en pelear algo importante, eso es lo que quiero.
¿Te fuiste con un gusto amargo de Colo Colo por las lesiones?
Sí, obviamente, pero no soy el primero ni el único que se ha lesionado en un equipo grande. Me hubiese gustado mucho rendir de la manera que todos conocen, pero no fue así y es una lástima. Ahora, a dar vuelta la página y pensar sólo en Iquique, que una vez más ha confiado en mí. Estoy luchando día a día y entrenando fuerte para no defraudar a los dirigentes, que se han portado muy bien conmigo, y a la gente, que espera que uno rinda de la mejor forma.
¿Qué se te pasó por la cabeza cuando ibas a volver después de mucho tiempo de para y te lesionaste otra vez?
Uno piensa muchas cosas, lo peor, pero con el tiempo te vas recuperando, con los mejores, como Wilson Ferrada, que es un crack. Estoy agradecido de él y de todo el cuerpo médico de Colo Colo, se portaron un siete. Ya pasó todo lo malo, quedó atrás, y ahora sólo pienso en jugar y estar al cien.
¿Pensaste en el retiro?
Sí, porque la segunda lesión te da impotencia, pero se va pasando con la ayuda de la gente del club, se va olvidando. Se empieza de a poquito, hasta que llegas a recuperarte y sin darte cuenta vuelves a entrenar, que es lo mejor que te puede pasar.
¿En algún momento dijiste “no voy más”?
No lo dije, pero en algún momento se me pasó por la cabeza el retiro. Es una lesión de mucho tiempo y volver a jugar después era difícil, pero si eres fuerte de mente y entrenas bien para recuperarte, por qué no tener otra oportunidad, como la tengo ahora.
En ese escenario, ¿qué tal fue tu relación con Pablo Guede?
Todo bien, mi relación con el profe fue de lo mejor. Siempre le agradeceré la confianza que me dio después de la lesión, cuando me hizo volver contra Unión y me bancó al lesionarme por segunda vez. Yo, que estuve en el día a día, sé que es un gran profesional y lo demostró en este poco tiempo que lleva en Colo Colo, con tres títulos y perdiendo uno en la meta. Le deseo lo mejor.
¿Por qué crees que se hablaron tantas cosas malas de él? Incluso desde dentro, con Mark González, por ejemplo.
Bueno, hay gente que por ahí no tiene los mismos principios que tenemos algunos, que cuando no nos toca jugar, bancamos al equipo, corremos, entrenamos, remamos para el mismo lado y no en contra. Si él lo pensó así y lo dijo por la prensa, habla muy mal de él, porque las cosas se dicen frente a frente, cuando está el otro escuchándote. Los que aprendimos a conocer a Pablo sabemos que es una gran persona, que siempre trata de ayudar a todo el que se lo pida o lo necesite. Por algo le fue bien y creo que va a seguir así.
Y con Aníbal Mosa, ¿todo bien?
Bien. También fue muy criticado, pero la gente sólo ve los resultados finales y no el día a día. Él estuvo mucho con nosotros, día a día en los entrenamientos, en algunas comidas y asados. Él no era una persona ausente y eso es muy valioso para los jugadores cuando están en un equipo grande. Ha tenido sus frutos y ahora está gozando de que no se lo critique tanto. Ha hecho una buena gestión y también le deseo lo mejor.
¿Dónde te sentiste más cómodo, en la Católica o en Colo Colo?
En los dos lados, son cosas distintas. Obviamente, en Católica pude mostrar todo lo que podía jugar. En Colo Colo fue totalmente diferente, lo hice de buena manera a veces, pero no tuve más chances y no es lo mismo. En ambos tengo distintos recuerdos y alegrías, así que no me puedo quejar.
Pero tú eres hincha de…
Soy hincha de Colo Colo, mi familia es toda colocolina. También tengo dos familiares cruzados, que me bancaron a muerte en la Cato, pero saben que soy colocolino.
Por último, ¿cuánto te afectó lo extrafutbolístico, lo policial?
No creo que mucho, son cosas que uno deja en el pasado y no hay que darles cabida en el presente. Está todo olvidado.
¿Te incomoda haber quedado marcado por el tema de las nueces?
No sé si quedé marcado o no, pero es una equivocación que no volvería a cometer nunca más en mi vida.