Por Gonzalo Pérez Amar, enviado especial a Córdoba
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Ignacio Casale lo hizo otra vez. Tal como en 2014, el Perro arrasó con sus rivales y se coronó campeón de los cuadriciclos en el Dakar 2018. Con un sólido arranque en Perú, donde ganó las tres primeras etapas y sacó una larga ventaja, el piloto santiaguino supo mantenerse en el primer lugar de principio a fin para conseguir el bicampeonato en los quads.
Pese a su cómodo título, Casale reconoce que fue una de las ediciones más duras que le ha tocado vivir y que sufrió más de la cuenta para ser campeón: “Lo importante no era ganar etapas, lo importante era ganar el Dakar. Lo logramos nuevamente y no puedo creer que esté viviendo este momento. Fue el Dakar más duro de la historia en mi carrera deportiva, no se terminaba nunca, hubo etapas muy largas y duras. Espero que podamos seguir aquí a este ritmo y a este nivel durante muchos años».
“La nueva camada de pilotos viene muy fuerte, son pilotos muy jóvenes, muy locos, van a fondo, y me costó mucho luchar contra ellos, vienen con muchas ganas y no se cansan nunca. Ahora me quiero de vacaciones, entrené mucho para esto”, agrega.
Además, el Perro agradeció a su esposa, María Jesús Calilea, quien, en su rol de sicóloga, le ha ayudado en el trabajo mental para controlar la ansiedad que vivía en las carreras y afrontar el Dakar 2018 con más madurez.
“Quiero agradecer a María Jesús, mi esposa, que me ayudó a cambiar mucho mi forma de ser en cosas donde me equivocaba mucho, porque era muy ansioso, era muy loco y quería ir a fondo todo el día. Las cosas no funcionan así en el Dakar y ahora he cambiado mucho”, señaló.
“Este año me lo tomé con más calma, fui mucho más estratégico. Antes era más loco, más ansioso y este año hice todo más pensado, sabía lo que tenía que hacer en la etapa, antes era más improvisado. La sensación de felicidad es la misma y quedó demostrado que el primero no lo gané de casualidad, ojalá puedan ser muchos más”, concluyó.