Tras un gran paso por el Ceará, Rafael Vaz, el nuevo refuerzo de Universidad de Chile, dio el salto y fue traspasado al Vasco da Gama en el 2013. Y tal como en el club de Fortaleza, donde fue bautizado Beckenbauer Alvinegro, se hizo notar en los encuentros definitorios.
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En la final del Campeonato Carioca 2016, ante el Botafogo, arrancó en la banca, pero el destino le tenía preparada una jornada heroica. «Entró para el segundo tiempo, cuando estaban 0-0. Su equipo sufrió un tanto en contra (50’), pero pocos minutos después (55’), él, que siempre fue suplente, hizo el gol del título», recuerda Vinicius Faustini, periodista de Lance!.
Con ese antecedente, 10 días más tarde, por la Copa de Brasil, su DT lo mandó a la cancha a 10’ del cierre frente al CRB, en busca del empate. Y otra vez respondió.
«Perdían 1-0, cuando el entrenador Jorginho llevó al defensor al campo para actuar como… ¡delantero! Luego, marcó el gol suficiente para la clasificación”, destaca el redactor brasileño. Iban 92 minutos.
Al Flamengo, cuadro al que también le convirtió en el 2016, Vaz llegó con esa fama de «defensa-goleador», pero no estuvo a la altura y empezó a ser criticado por los hinchas, quienes lo calificaron como “el peor zaguero de todos los tiempos» en un compilado con sus errores. Pese a ello, en Chile dio que hablar al anotarle a Palestino, en el 5-2 a domicilio por la Copa Sudamericana 2017, y precisamente en nuestro país buscará renacer con la U en el pecho.