Dicen que “la venganza nunca es buena…”. Sin embargo, Sebastián Méndez no se acordó de esa frase de “El Chavo del 8” en el River Plate-San Lorenzo del 2008 por el torneo local en el Monumental, donde se reencontró con Radamel Falcao García.
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Meses antes, también en Núñez, pero por los octavos de final de la Copa Libertadores, el colombiano le había cometido una fuerte infracción al defensa que lo dejó en el dique seco por un mes y medio. Temperamental, su sello, el argentino devolvió la gentileza con un planchazo que le costó la roja, aunque no lesionó al delantero. «Si quería, lo lastimaba de verdad. No me salió hacerlo», aclaró años más tarde a TyC Sports.
El Gallego, flamante entrenador de Palestino, confesó luego que invitó al Tigre a agarrarse a combos, algo que finalmente no pasó, pero que sí ocurrió a lo largo de su carrera, incluso, con compañeros de equipo. «Muchas veces es necesario», explicó en la misma entrevista. Ahora, más tranquilo, pero no por ello menos aguerrido, asume la banca del cuadro tetracolor, en su primera experiencia como DT fuera de su país.
¿Contento con tener esta primera oportunidad en el extranjero como entrenador?
Sí, es una nueva etapa, es lindo. Vamos a ver cómo se desarrollan las cosas, pero estamos con muchas ganas. De hecho, ya empezamos a trabajar.
¿Qué te parece el plantel que tienes a disposición?
Me parece que es un buen plantel, entiendo que hay jugadores de buen pie. Trataremos de jugar bien, de ser un equipo sólido y con mucha contundencia.
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¿Qué objetivo se plantearon con la dirigencia?
La dirigencia tiene como objetivo mejorar lo hecho hasta acá en cuanto a resultados. Personalmente, tengo las mejores expectativas, porque uno hace un análisis previo antes de venir, no es lanzarse así como así a cualquier club, y entiendo que podemos hacer algo bueno. Está todo para que así sea.
Tú te caracterizabas por ser un tipo aguerrido en la cancha. ¿Podemos esperar algo parecido de tu equipo?
Por lo que yo entiendo por aguerrido, espero no tener ningún jugador como yo, jajajá. Bueno, pero sí, la agresividad es una de las marcas que imprimimos a los equipos que tenemos, es cuestión de trabajarla bien.
Tu referente técnico es Bielsa, ¿no?
Sí, tuve la suerte de tenerlo como entrenador un año en Vélez y en alguna convocatoria a la selección mayor, pero no es sólo por lo futbolístico, sino también por lo que representa en la vida de todo jugador que lo tuvo.
Hace unos días hablé con Falcioni y le pregunté si tú tenías algo de él o de Bianchi, y me dijo tajante “no, de Bielsa”…
Sí, porque vivo el fútbol de una manera particular. Esto, sin quitarle méritos a ninguno, porque nadie tiene la verdad absoluta. Se han conseguido títulos en todo el mundo defendiendo, atacando o siendo un equipo más consistente. Cada uno tiene que buscar su camino, pero, más allá de eso, yo me identifico más con un fútbol ofensivo, de ataque.
¿Tú también tienes un grado de locura del estilo Bielsa?
Espero que no tanto, jajajá. Yo creo que todos los entrenadores tenemos un grado de locura, porque esta profesión es demandante, te lleva muchísimo tiempo, incluso, alejarte de tu familia. Pero bueno, mi esposa me conoció así y mis hijos cuando nacieron sabían que me dedicaba a esto, así que no es ninguna sorpresa que haya decantado en entrenador.
Después del paso de Bielsa por acá han llegado muchos técnicos argentinos que se han declarado “bielsistas” y por eso hay prejuicios al respecto. ¿Tienes miedo a encontrarte con eso?
No, porque yo no me autodefino como “bielsista”, en absoluto. No existen copias y no creo que sea lo mejor. Yo, cuando hablo de Marcelo, es por el respeto, por la manera de entrenar y por la intensidad de juego. Él marcó a muchos entrenadores por su forma de ser, de trabajar y por su dedicación, pero declararme “bielsista” me parece demasiado.
En tu presentación dijiste que empezaste a ver a Palestino con Guede. No sé si lo viste con Cavalieri. ¿Qué te parece el trabajo que hicieron los argentinos últimamente en el club?
Me parece que fue bueno. La etapa de Pablo fue fructífera, llegó a planos internacionales y eso cuesta mucho. Si nos llaman es porque los anteriores han dejado una buena imagen, así que contentos y orgullosos de que nos convoque Palestino.
Me imagino que el objetivo de todo entrenador argentino que viene a Chile es emular lo que hizo Sampaoli, que llegó sin mucho cartel y ahora dirigirá a su selección en un Mundial. ¿Es tu sueño también?
No, tenemos un sueño más inmediato, yo no proyecto mucho a largo plazo. Sí se puede soñar, pero proyectar a tres, cuatro o cinco años no creo que sea posible en el fútbol actual, sino simplemente trabajar y dedicarse a esto con la mayor humildad.
¿Es verdad que Maradona dijo que de lo único que se arrepiente es de no haber jugado contigo?
Espero que sí, jajajá. No sé cuánto de cierto hay en eso, pero si fue así, me parece demasiado, sin falsa modestia. Para nuestra generación, Maradona es el símbolo del fútbol argentino, el mejor jugador de todos los tiempos.
¿Nunca tuviste la posibilidad de preguntarle?
No, porque hace mucho que no lo veo. Sí lo enfrenté y sí nos cruzamos, y siempre fue muy amable, respetuoso y cariñoso conmigo, muy generoso. Diego es un personaje divino. Si lo veo, seguramente alguna anécdota va a sacar y me va a hacer reír, tiene esas salidas muy espontáneas y graciosas.