De las 116 ediciones que lleva Roland Garros, el título ha venido a parar a Sudamérica en apenas seis ocasiones. Además del tricampeonato del brasileño Gustavo Kuerten, y de las consagraciones de los argentinos Guillermo Vilas y Gastón Gaudio, el ecuatoriano Andrés Gómez se quedó con la corona en 1990, tras derrotar en la final a un joven Andre Agassi.
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Por ello, cuando se empieza a acercar el Grand Slam parisino, que arranca este domingo, los recuerdos afloran para el Zurdo de Oro. “Sigo teniendo un vínculo cercano con el tenis, me gusta seguirlo y verlo, hablar de él, así que siempre ésta es una época especial”, expresa el ex número cuatro del mundo en singles y uno en dobles, quien tiene un estrecho vínculo con Chile.
Conformó una gran dupla con Hans Gildemeister en los 80, también fue pareja de Belus Prajoux y, cómo no, hizo amistad con Jaime Fillol, abuelo de Nicolás Jarry. El ex tenista guayaquileño anticipa la participación del Príncipe en Bois de Boulogne.
Acá hay muchas expectativas por lo que viene haciendo Jarry en arcilla. ¿Ha podido seguirlo?
Sí, he seguido sus partidos de este año por televisión. Nico es muy cercano a mi familia, además de la relación que tengo con su abuelo. Más allá de que esté jugando bien, lo sigo por un interés personal.
¿Qué potencial le ve?
Nico tiene un potencial obvio, porque es un jugador fuerte, que basa su juego en un gran primer saque y en una derecha potente. Tiene mucho espacio para mejorar, tanto en la parte técnica como en su agresividad, no tanto desde el fondo de la cancha, sino en buscar la red un poco más. Eso lo irá aprendiendo con el tiempo, porque es joven, pero hay mucha expectativa en él.
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Ya se metió entre los 60 primeros. ¿Tiene techo?
Ahora es el momento de empezar a competir con esos jugadores, de aprender a manejar situaciones diversas contra los más experimentados. Ahí comienzas a definir realmente cómo va a ser tu juego.
Acá hemos tenido Top 10. ¿Jarry puede llegar hasta ahí?
Tiene las características de juego para llegar lejos en el tenis actual. De momento, la mayor parte de su ranking la ha adquirido en arcilla, pero yo creo que será la superficie que menos le convenga en el futuro. Quizá sea la más conveniente para él ahora, pero una vez que se dé cuenta de cómo puede hacer daño en otras superficies, de seguro va a preferir el césped o las canchas cubiertas.
Se está transformando en un arcillero…
Tiene todas las características, pero, además de arcillero, tiene potencial para desarrollar otras partes de su juego. Ése va a ser el indicativo principal para ver qué tan alto puede llegar.
¿Qué le falta?
Lo normal, la madurez, la experiencia. Eso se lo van a dar los partidos. De repente se encuentra con que volea bastante mejor de lo que pensaba, que no necesita estar tanto tiempo atrás intercambiando golpes, porque así, un jugador que mide 1.95 y que la movilidad no va a ser su fuerte, puede acortar los puntos. Debe encontrar su identidad.
¿Cómo lo ve para Roland Garros?
Ha tenido una temporada magistral en tierra, así que pinta bien. Ya es un chico conocido, pero tendrá ese nerviosismo de su primera vez en el cuadro principal de forma directa. Van ser emociones muy lindas para él y veremos cómo las maneja.
¿Puede llegar lejos Jarry?
Como dice el cliché, hay que ir partido a partido. Es un jugador que todavía no tiene la suficiente experiencia, pero puede ser sorpresa, desarrollar un nivel de juego al que quizá no está acostumbrado y avanzar algunas rondas.