Fue un golazo. Un zurdazo potente de Miiko Albornoz que se clavó en la portería del arquero polaco Lukasz Fabianski, para sentenciar el empate 2-2 de Chile ante Polonia, en el cierre de la gira por Europa que comprendió tres partidos.
PUBLICIDAD
Albornoz celebró con todo en la segunda etapa, tras ingresar por Sebastián Vegas en la primera fracción, y selló su paso por esta etapa en la Roja con una gran anotación que lo hizo celebrar de gran forma.
El hombre del Hannover alemán se transformó en uno de los buenos valores que puede echar mano el técnico Reinaldo Rueda. De esta gira de tres partidos, en dos ingresó desde la banca y en solo uno fue titular.
«Sabía que era una gran oportunidad para mostrarme ante el nuevo técnico», manifestó el chileno de origen sueco, en conversación con Fox Sports, en su particular español.
Además, el lateral reconoció que este segundo gol por la camiseta roja, fue dedicado a alguien muy especial: «fue un golazo, es para mi mamá y le dije que iba a hacer un gol para ella y para mi familia que estaba apoyándome».
«Jugamos muy bien los tres partidos, contra equipos que van al Mundial, eso es muy importante para nosotros y lo que viene«, puntualizó Albornoz, quien podrá contar que fue capitán unos minutos al término del encuentro ante Rumania, transformándose así, en el primer nacionalizado en portar la jineta.