Nicolás Jarry apareció este lunes con el mejor ranking de su carrera, el puesto 53 del escalafón de la ATP, en un ascenso sostenido en el circuito más importante del tenis mundial.
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El mejor tenista chileno del momento viene de llegar a semifinales del ATP 500 de Hamburgo, un resultado que lo dejó en la frontera del grupo de los 50 mejores jugadores del planeta, un objetivo que se veía poco probable a principios de 2018, pero que estaba a la mano para el nieto de Jaime Fillol.
Y esta semana, Jarry lo logró en el ATP 250 de Kitzbühel, un certamen sobre arcilla y que se disputa en altitud, unas condiciones que favorecen el juego del Príncipe, que en certámenes challengers tuvo buenos resultados en la «altura» como es el caso de Quito en Ecuador.
El chileno llegó a 1.053 unidades por haber avanzado a semifinales y se ubica provisionalmente 44º del mundo, sin embargo debe esperar los resultados del ATP 500 de Washington. Allí, el australiano Alex de Miñaur y el estadounidense Denis Kudla podrían desplazarlo al 45º en caso de ser campeones en el torneo que se juega en la capital estadounidense.
Lo que está claro es que Jarry ya consiguió entrar a los 50 primeros del mundo y tendrá el mejor ranking de su vida el próximo lunes. Y eso no es poco.