Dos horas antes de cada partido, sin importar la magnitud del duelo o lo que estuviera en juego, el volante de Universidad Católica Luciano Aued recibía un importante acicate. Un sagrado mensaje de apoyo de su padre, Horacio, le daba a Luli un envión para hacer su trabajo en el campo. Pero durante la segunda ronda del Campeonato Nacional 2018, el jugador cruzado no ha contado con esa rutina, que lo acompañó desde sus inicios en el fútbol profesional en Gimnasia y Esgrima de La Plata.
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Por eso, en este mano a mano con El Gráfico Chile después del triunfo por 1-0 de la UC sobre Colo Colo -con gol de penal de Aued-, el nuevo referente de Católica confesó la melancólica felicidad que sintió por la importancia de la vital victoria sobre el Cacique, que no pudo celebrar con su viejo. Pero el nacimiento de su hija y sus convicciones lo han mantenido en pie, al punto de ser pilar fundamental en la campaña que tiene a la Franja como líder del Campeonato Nacional 2018, a falta de seis fechas para el término de la competencia.
¿Fue una revancha lo sucedido ante Colo Colo, tanto por el gol como por lo que viviste en tus clásicos anteriores con la UC?
No, revancha no es. Sí era importante para todos nosotros, por eso me pone contento haber convertido el penal y que el equipo haya ganado con ese gol, aunque hubiese sido más lindo hacerlo por un resultado más holgado. Pero, al margen de eso, lo logrado no se trata de revanchas, porque todos los clásicos son distintos, cada uno tiene su historia. En mi caso, no me había tocado ganar todavía y hacerlo de local, con toda nuestra gente, es una sensación única.
En el caso específico de Colo Colo, ¿había una espina clavada o un tema pendiente por los tres años sin triunfos sobre ellos?
Te hablo por este grupo y por el tiempo que llevo yo acá. Espina clavada no era, pero era justo el único rival que nos había ganado en lo que va de torneo. Sabíamos que de local y en nuestra cancha teníamos que hacernos sentir, y teníamos que regalarle esa alegría a nuestra gente, por eso es que lo dimos todo y metimos de la manera que se vio. Sabíamos que era muy especial para todos, sobre todo para el plantel, pero también para nuestra gente era importante, para terminar de convencernos todos de que vamos por buen camino y que si Dios quiere, a fin de año podemos coronar esto con el objetivo que nos propusimos al inicio, que es ser campeones.
Los comentarios posteriores al clásico, tanto de especialistas como de hinchas, han destacado que demostraste tu chapa de «clasiquero» al patear el penal, al estar constantemente arengando a tus compañeros y al exigir desde la cancha el apoyo de la tribuna. ¿Te sienta bien ese mote?
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Es algo propio de mi juego, trato de que todos los factores jueguen a favor del equipo y, en este caso, lo anímico: arengar a un compañero, tratar de hablarle, por ahí descomprimir con algún chiste y para la gente, lo mismo, que nos aliente, que nos siguieran empujando como lo hicieron durante todo el partido, sacarle rédito a eso, para que el rival sienta que está jugando de visitante y que en nuestra cancha la UC se hace muy fuerte. Pero eso de «clasiquero» no, imagínate que es el primer clásico que gano desde que llegué, entonces, eso no corre mucho, pero sí trato, como jugador grande que soy, de aportar mi experiencia y que los más chicos no sientan la presión. En definitiva, absorber la presión desde la experiencia es lo que hacemos en este equipo los más grandes, como Lanaro, Dituro, Fuenzalida, Buonanotte, Sáez y Álvarez, para los chicos puedan jugar tranquilos. Esta vez, los chicos formados en el club hicieron un gran partido.
Como jugador de experiencia y con bastante de ella en clásicos, sobre todo en Argentina, ¿has desarrollado cábalas o alguna rutina especial para este tipo de partidos?
Como cábalas, no, sólo tenía una rutina que siempre estuvo presente desde que juego al fútbol: siempre estaba el mensaje de mi viejo y ya no lo tengo más. Él siempre me enviaba un aliento antes de los partidos, yendo a la cancha yo recibía su mensaje, sabía que dos horas antes él me tenía que mandar su mensaje, siempre llegaba. Ahora ya no está más, pero yo trato siempre de pensar en lo que él me decía. Más allá de eso, muchas cábalas no tengo, la verdad es que solamente tenía esa rutina que me hacía bien. Todavía sigo esperando el mensaje de mi viejo, pero sé que no va a llegar.
En este 2018 has vivido emociones muy fuertes y distintas, como la muerte de tu padre en junio y el nacimiento de tu hija en septiembre. ¿Cómo combinas todo ello, que se te da justo en tu mejor momento en la UC?
Una es una pérdida irreparable, no le encuentro explicación y no le voy a encontrar nunca. A mi viejo siempre espero verlo nuevamente, se hace muy difícil, sobre todo porque mi sueño era que él pudiera estar con mi hija, aunque fuera un rato, pero no se pudo cumplir. Trato de seguir adelante, enfocarme en las cosas buenas, mi presente futbolístico es bueno y eso siempre para un deportista profesional, y que lo hace a este nivel, es algo bueno para la vida cotidiana. Y la llegada de mi hija vino a aliviar un poquito ese dolor inmenso que causó la partida de mi viejo.
Al final del clásico, la hinchada coreó tu nombre, en una clara muestra del espacio que te has ganado entre los hinchas de la UC. ¿Todo ese cariño expresado te ha ayudado a sobrellevar la pérdida de tu viejo y a consolidar la condición de referente que hoy tienes en Católica?
La verdad es que no escuché lo del cántico de mi nombre, pero se agradece. Más allá de eso, siempre he dicho que en Católica, tal como pasa en clubes grandes de Argentina, para permanecer y perpetuarse en la gente, más allá de cómo uno se brinda por la institución y se maneja día a día, también lo importante es ganar algo y aquí aún no me ha tocado. Entonces, creo que ahí se puede consolidar todo, ganando algo, pero por ahora agradezco las muestras de cariño, las tomo muy bien, porque desde que llegué y desde el primer semestre, en que no anduvimos bien, la gente me ha demostrado mucho cariño. En las redes sociales me hacen llegar mucho afecto y me tienen como un cruzado más. Todo eso me tiene contento, sobre todo con esta situación que me ha tocado vivir tan mala. Me han demostrado mucho cariño, como también me han felicitado con la otra situación tan buena. Agradezco a todos los hinchas y al fútbol chileno en general, porque las muestras de cariño y apoyo me han llegado desde todos los sectores. Eso me hace sentir muy bien.