Era miércoles 30 de diciembre de 2020 y un año que para la mayoría fue para el olvido, no podía terminar mejor para Clemente Montes.
PUBLICIDAD
Iban 80 minutos del partido entre Universidad Católica y Santiago Wanderers, y Jaime Marchant, el locutor del estadio San Carlos de Apoquindo, anunciaba un cambio: el capitán José Pedro Fuenzalida salía lesionado, dejando su lugar a Montes. Era su debut profesional. Y se concretaba reemplazando a quien el propio juvenil define como “mi ídolo en el club”.
Casi anota en ese empate.Pero ya jugar , ingresando por el “Chapa”, era motivo de celebración para el chico de 19 años. Era lo que necesitaba para considerar que 2020 era un buen año, a diferencia de todo el mundo.
Porque fue 2019 la temporada para el olvido de Montes.
Jugando contra Colo Colo en el torneo de su categoría de ese año, el delantero se cortó los ligamentos de la rodilla derecha. Y recién en septiembre del 2020 se reincorporó a la disciplina “cruzada”.
En el último trimestre de 2020, bajo las órdenes de Ariel Holan, el extremo fue recuperando la forma física y futbolística. De partida, recobró la velocidad que le ha caracterizado desde siempre –con sprints cercanos a los 35 kilómetros por hora– y que lo ha llevado, entre otras cosas, a formar parte de las selecciones nacionales juveniles.
Pese a ser diestro, Montes prefiere transitar por la banda izquierda, con perfil cambiado, de modo de enganchar hacia adentro para terminar rematando. Sin embargo, maneja bien la zurda, tal como lo demostró en la definición del lunes, cuando anotó el segundo tanto de la UC en la goleada sobre Huachipato. Jugando apenas 12 minutos, no sólo convirtió su primer gol en el profesionalismo, sino que además entregó su primera asistencia, cuando cedió, también con su pierna menos hábil, para que Marcelino Núñez concretara el 3-0.
PUBLICIDAD
Quienes han trabajado en la formación de Montes destacan su evidente velocidad, que lo pone entre los más rápidos del plantel de la UC y que muchos adjudican a su pasado como atleta en el colegio Everest. Dicen, además, que es desequilibrante cuando tiene espacios. Los necesita para sentirse cómodo. Nadie se anima a señalarlo como el sucesor natural de su ídolo, el “Chapa”, toda vez que le gusta más jugar con perfil cambiado y que aún es muy prematuro para proyectar su potencial, pero es técnicamente dotado.
La pasantía de Clemente Montes en el Rayo Vallecano
Hablando de proyección, Montes ya tiene experiencia en Europa, ya que hace exactamente tres años hizo una pasantía de tres semanas en el Rayo Vallecano, con autorización de la UC, que significó un punto de inflexión para saber qué necesitaba para ser futbolista profesional. “Ese paso fue bastante importante y consolidatorio para que él tomara decisiones”, cuenta Martín Sekler, gerente general de Altius, agencia que representa al veloz “Rayo”.
Respecto a su potencial futuro, es claro. “No tiene techo, por sus condiciones físicas privilegiadas. Él puede jugar en las mejores ligas y en los mejores equipos del mundo, y estamos trabajando para eso”, avisa el agente.
Clemente Montes, una luz que asoma en la precordillera.