Aparecer y desaparecer. Gran truco de un mago y también de un “falso 9”, ese futbolista que a ratos es delantero centro y en otros es enganche. Luis Jiménez lo está haciendo con sabiduría en Palestino y el viernes lo trasladó a la selección chilena. Fue una de las figuras ante Bolivia, por momentos retrasándose para crear juego y también apareciendo en el punto penal para definir.
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Tanto se ha buscado un centrodelantero desde el adiós de Humberto Suazo y resulta que estaba desaparecido en Medio Oriente. Por ese puesto desfilaron Nicolás Castillo, Diego Rubio y Felipe Mora, entre tantos otros, para finalmente volver a la vieja fórmula ocupada por Jorge Sampaoli.
El primer título en la historia de la “Roja” llegó con otro que hacía magia, que aparecía y desaparecía del área, y que confundía a los defensas, porque les quitaba la referencia de marca.
En la Copa América de Chile 2015, Jorge Valdivia no anotó, pero quién puede negar la importancia que tuvo en esa consagración. Este centroatacante mentiroso no tiene como principal tarea meter goles, sino formar parte del circuito creativo y generarles espacios a sus compañeros.
A sabiendas de que los mejores resultados de la “Generación Dorada” fueron sin un ariete puro, el rescate de “Lucho” ya es un acierto de Martín Lasarte. A sus 36 años, parece no pesarle la edad, ya que ayer jugó los 90 minutos por el “Tino”, apenas 36 horas después de haber disputado 73’ por la Selección.
Si bien la del domingo no fue su mejor presentación, el “Mago” ha demostrado que está en óptimas condiciones para ser convocado a los partidos de verdad. Esperemos que no desaparezca de las nóminas.