Diego Valencia tiene apenas 21 años. Pese a lo joven que es, ya presenta un palmarés digno de cualquier ídolo en la historia de Universidad Católica, con tres títulos en torneos largos de Primera División, además de haber levantado dos veces la Supercopa.
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El “Pollo” ha tenido una evolución indudable desde 2018 en adelante, cuando debutó en el plantel de honor. Con Beñat San José jugó sólo dos partidos por el Campeonato Nacional, con Gustavo Quinteros subió a 17 y con Ariel Holan ya fue pieza importante, disputando 30 encuentros.
Sin goles con el español en el banco, se matriculó con cuatro conquistas con ambos técnicos argentinos que lo sucedieron. Ahora, con solamente siete duelos en el certamen 2021, donde ha visto acción en todos, el canterano ya lleva la misma cantidad de dianas, una menos que el máximo artillero, Cristian Palacios, de Unión Española.
Además, el atacante cruzado se estrenó en las redes continentales, marcándole un gol clave a Nacional en San Carlos de Apoquindo y repitiendo este miércoles ante Atlético Nacional en la precordillera, para clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores después de una década. Más allá de los tantos convertidos, fue fundamental asistiendo a Fernando Zampedri en el 1-0 a domicilio sobre Argentinos Juniors y también fue determinante en la apertura de la cuenta de Luciano Aued frente a los colombianos, bloqueando a dos rivales en el córner.
El nacido en Viña del Mar, pero criado en La Serena, atraviesa por un momento estelar. Ha pasado por todos los puestos del ataque, experiencia que le ha entregado herramientas, y ha estado a la altura cuando le ha tocado reemplazar como centrodelantero a “San Pedri”, de quien ha aprendido bastante.
“Es un gran jugador y estoy feliz de poder compartir con él. Nos entendemos bien”, contaba en una entrevista con este medio el 14 de enero, el mismo día de su cumpleaños número 21. “Él le da mucha importancia a la presión, es mañoso. Aprendo mucho de él en todo sentido”, complementaba.
Se nota que ha tomado cosas del “Toro”, especialmente, para recibir pelotas de espaldas al arco y generarse fouls. Para eso trabajó físicamente e incrementó alrededor de seis kilos su peso, para poder resistir los embates de los defensas.
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También tuvo que soportar las críticas, generalmente crueles en las redes sociales, cuando le tocó estar a la sombra del ariete argentino. No obstante, con madurez, a pesar de su temprana edad, hizo caso omiso.
“La verdad es que yo no soy mucho de leer comentarios, de estar pendiente de eso. Yo tomo más en cuenta la opinión del cuerpo técnico y de mis compañeros, que es la gente que realmente sabe de fútbol y que quiere lo mejor para nosotros. Yo presto atención a lo que me dicen ellos”, explicaba en la misma nota. Hoy, los cuestionamientos se cambiaron por alabanzas e, incluso, algunos ya lo postulan como el “9” del futuro para la Selección.
El “Pollo” Diego Valencia sale del cascarón.