A Eduardo Morante lo recuerdan muy bien en Universidad de Chile y no precisamente por lo que fue su paso como futbolista por el club. El ecuatoriano dejó grabado su nombre en la historia de la U por ser un millonario refuerzo -el más caro en la historia de la institución en su momento-, y que en cancha poco y nada aportó.
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Tras el exitoso 2011, marcado por la obtención de la Copa Sudamericana, Jorge Sampaoli pidió varios refuerzos y uno de ellos fue Morante. Azul Azul desembolsó 2 millones de dólares por la carta del defensa central que venía de buenas campañas en Emelec, club donde justamente fue dirigido por el casildense.
Pero en la U apenas jugó cuatro partidos en todo un año, ya que pasó gran parte de aquella temporada 2012 lesionado. Y si bien eso pudo pasar por factores externo, el propio Morante, hoy ya retirado, reconoció su responsabilidad al respecto.
«Tuve muchas lesiones seguidas, lo que por ahí frustró mi continuidad en el fútbol. Pero soy sincero, también era un jugador bastante travieso, no me cuidaba mucho, esto también influyó un poco en la carrera», declaró el hoy exfutbolista de 34 años, en conversación con el programa «Fútbol sin cassette».
Morante, que sólo dejó de ser el refuerzo más caro en la historia de la U después del fichaje de Jean Beausejour por 2,5 millones de dólares en 2016, comentó que «al futbolista se le presenta la noche, las mujeres, el alcohol y si no eres fuerte en eso, tu carrera va a ser muy corta»
El ahora exdefensa, cuyo último club fue el Fuerza Amarilla de su país en 2017, reveló que «dejé de ser profesional varias veces y eso te pasa factura cuando sí quieres ser profesional. Cuando quieres sentar cabeza, ya te pasa factura».
«La idea futbolística está, pero tu cuerpo no responde a lo que tu quieres y se hace difícil», cerró.
