El Gobierno de Brasil anunció que movilizará a las Fuerzas Armadas para intentar frenar la crisis penitenciaria que ha dejado más de 120 muertos en los primeros 15 días del año en las cárceles del país.
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La medida fue autorizada por el presidente brasileño, Michel Temer, en el marco de varias reuniones convocadas en Brasilia para afrontar la crisis en los penales. En Natal, en el noreste del país, decenas de presos se volvieron a amotinar en la misma cárcel donde hubo una masacre con 26 muertos el fin de semana.
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El portavoz gubernamental, Alexandre Parola, anunció el envío de los militares a los estados afectados por la crisis como una acción extraordinaria, ya que las tropas deben asumir acciones de cooperación específicas.
«Habrá inspecciones rutinarias dentro de los presidios con vista a detectar y decomisar materiales prohibidos en esas instalaciones», explicó Parola y subrayó que serán los gobernadores de cada estado los que tendrán que dar permiso para que el Ejército entre en las cárceles, ya que son de su competencia.
En tanto, el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, recibió en Brasilia a los secretarios de Seguridad de todos los estados brasileños para buscar salidas a la crisis.
Las medidas anunciadas requieren un desembolso inmediato de 91,7 millones de dólares para que los estados puedan reforzar la seguridad en las cárceles, como la compra de equipos para bloquear la señal de telefonía celular.
Brasil está siendo sacudido por una escalada de violencia sin precedentes dentro de sus cárceles desde comienzos de año, donde se han registrado unas tres revueltas en centros penitenciarios del norte del país, debido a disputas entre grupos criminales por el control externo de las rutas del narcotráfico en el país.