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El virus del Zika y su relación con la malformación del cráneo en los fetos conocida como microcefalia han reabierto el debate sobre el aborto en los países latinoamericanos, donde impera un rechazo a esa práctica.
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En Brasil, el debate se caldeó esta semana luego de que el Instituto de Bioética Anís anunciara que presentará ante el Tribunal Supremo una petición para que autorice el aborto en el caso de que una madre contraiga el zika, como ya lo logró por la anencefalia.
El exministro de Salud José Gomes Temporão, actual director ejecutivo del Instituto Suramericano de Gobierno en Salud, se sumó a la causa y afirmó que se ha puesto a disposición del instituto para apoyar su propuesta.
Hasta ahora, la legislación brasileña autoriza el aborto en casos de violación, riesgo para la vida de la madre o el citado supuesto de anencefalia en el feto, pero en todas esas situaciones solo puede ser practicado mediante una expresa autorización judicial.
Brasil calcula un millón de abortos por año en el país y ha confirmado 404 casos recientes de microcefalia, 17 vinculados con el contagio del zika, e investiga otros 3.670 posibles diagnósticos.
El virus también hizo reaparecer el debate sobre el aborto en Colombia, donde este lunes el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, dijo que, si bien el Gobierno no puede recomendar el aborto, desde su cartera se interpreta que las mujeres embarazadas con zika pueden recurrir a él si representa peligro para su salud física o mental.
En Colombia es posible aplicar legalmente el aborto cuando el embarazo sea producto de una violación, el feto sea inviable o haya riesgo para la salud física o mental de la mujer.
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Esas posiciones contrastan con el rechazo a la práctica del aborto que persiste en Latinoamérica, donde se encuentran siete de los nueve países del mundo donde no se permite el aborto ni cuando la vida de la madre está en peligro: Chile, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Surinam.
En Chile han surgido, sin éxito por su prohibición expresa, voces que exigen agilizar el trámite de la despenalización de esa práctica ante la aparición del zika.
El Parlamento chileno discute desde hace un año permitirlo en caso de violación, incompatibilidad del feto con la vida y peligro para la vida de la madre.
Las autoridades de El Salvador sí han incrementado la dotación de anticonceptivos en la red de servicios de salud para evitar los embarazos, pero no han debatido sobre el aborto.
Según el Ministerio salvadoreño de Salud, desde diciembre de 2015 se contabilizaron 7.138 casos sospechosos de zika, de los cuales 96 son mujeres embarazadas.
En Honduras también han surgido propuestas de aceptar el aborto en casos de zika, pero voces como la del cardenal Óscar Andrés Rodríguez han pedido responsabilidad «en la transmisión de la vida».
En Nicaragua, donde tres mujeres embarazadas están contagiadas con zika, el ministerio de Salud se ha limitado a desarrollar un foro sobre los efectos del zika en el embarazo sin contemplar la posibilidad del aborto.
Tampoco en Panamá, con una mujer embarazada con zika; en Guatemala, con tres casos; ni en Costa Rica, se ha reabierto la discusión sobre el aborto para contrarrestar los posibles efectos del virus.
En Paraguay, donde se han registrado 3 casos de zika desde noviembre, la interrupción del embarazo es ilegal, por lo que el Gobierno pidió a las embarazadas extremar los cuidados para evitar la enfermedad y evitar viajar a los países con circulación del zika.
Venezuela no ha registrado ningún caso de microcefalia asociado con el virus, del que se ha registrado 4.500 casos, y la práctica abortiva es ilegal, salvo por amenaza a la mujer.
El Código penal peruano considera el aborto como un delito contra la salud, y solo permite su modalidad terapéutica en el caso de que la vida de la madre esté en peligro, por lo que no se ha propuesto como medida contra el zika.
Bolivia solo ha registrado el caso de una mujer en gestación con esa enfermedad, de un total de 4 casos reportados, pero penaliza el aborto salvo en casos de violación, incesto, estupro o si existe riesgo para la madre.
En Argentina solo se han detectado dos casos de zika y el aborto puede realizarse sin castigo penal solo en caso de peligro para la vida de la madre o de violación.
Lo que sí han hecho varios de estos países es aconsejar a las mujeres que eviten quedar embarazadas en un futuro cercano, aunque las voces de rechazo no se han hecho esperar.
El inmunólogo colombiano Manuel Elkin Patarroyo, quien en 1987 descubrió la primera vacuna contra la malaria, consideró la recomendación en una entrevista con Efe como «inocente», ya que virus como el zika y el chikunguña llegaron «para quedarse» en un continente que carece de medios para contrarrestarlos.
El virus del Zika, originalmente descubierto en Uganda (África) y transmitido por el mosquito «Aedes aegypti», ya ha atacado a una veintena de países americanos, de los cuales Brasil y Estados Unidos anunciaron esta semana que iniciarán los estudios previos para la elaboración de una vacuna que detenga su propagación.
PUB/VJ