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Tras el corte de suministro de agua potable que mantuvo a la Región Metropolitana casi dos días sin agua debido al “extremo sedimento”, es que el senador Alejandro Navarro llegará hasta la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), para solicitar se investigue la responsabilidad del proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo de AES Gener, en la turbiedad de las aguas.
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El parlamentario acompañará a su presentación un informe elaborado por el Dr. Andrei Tchernitchin de noviembre de 2015, que indica que “los trabajos que realiza AES Gener en la zona de la alta cordillera demuestran concentraciones tóxicas de sustancias cancerígenas, entre ellas el arsénico, y cuya presencia va más allá del límite permitido por la Organización Mundial de la salud (OMS).
Navarro señaló que “la evidencia científica que ha mostrado el Dr. Andrei Tchertnitchin es realmente alarmante, sobre todo luego de lo ocurrido la semana pasada con la contaminación de las aguas y el posterior corte del suministro”.
«Aquí se requiere que la institucionalidad aclare los impactos que este proyecto acarerrea sobre la población. Porque tal como señalan los científicos ‘el proceso de contaminación de las napas es lento; pero irreversible’”.
El legislador comentó que según este informe “serán 2,7 millones de metros cúbicos de material contaminado, los que trasladará Alto Maipo hasta diferentes zonas del Cajón. A ellos se suman los químicos de los explosivos y del estuco que usarán para colocar dentro de ese túnel no impermeabilizado”.
El senador Navarro recalcó “la importancia de que se dé a conocer ante la opinión pública y la ciudadanía lo que puede pasar en el agua potable y de riego de toda la Región Metropolitana, si esta está contaminada con sedimentos que pudiesen contener estos metales pesados”.
Finalmente el legislador reiteró “y todo esto, ¿para qué? ¡Para producir energía para el proyecto Pelambres, del grupo Luksic!, tal como reconoció Armando Lolas, vicedirector del proyecto al ser consultado por el programa “En la Mira”, de Chilevisión”.
Agregó que “es un despropósito pretender que es posible sustentar, la desenfrenada sed extractiva de la minería, sector que ya consume el 34 por ciento de la energía que produce el país y que está dejando, como resultado de sus excesos, una estela de miseria y contaminación”.
Concluyó indicando que “si incluso el proyecto tuviera destino residencial, por ningún motivo valdría la pena tanto sacrificio para tener el beneficio que da la electricidad. Como se sabe, existen alternativas de energías, que no ponen en riesgo la salud de la población”.
PUB/NL