La primera ministra británica, Theresa May, defendió el martes una ruptura «clara y nítida» con la Unión Europea (UE) al declarar que el Brexit significaba también una salida del mercado único europeo, aunque declaró que con esta medida «no queremos una fragilización de la UE».
PUBLICIDAD
May subrayó que la decisión por referéndum de los británicos de abandonar la UE «no es un rechazo a los valores que compartimos (…), no era un intento de dañar a la UE».
«El Reino Unido no puede continuar siendo parte del mercado único», subrayó la primera ministra en un esperado discurso en Londres con el que luego de meses de suspenso reveló sus prioridades para las negociaciones con la UE.
La mandataria, que tiene previsto activar el procedimiento de divorcio del Reino Unido con la UE antes de fin de marzo, preludio a dos años de negociaciones, anunció que someterá el acuerdo final al Parlamento británico.
Para la primera ministra, mantener al Reino Unido en el mercado único de 500 millones de consumidores es incompatible con la prioridad número uno de Londres: controlar la inmigración europea que pasa por el fin del principio de libre circulación de trabajadores.
«El Reino Unido es un país abierto y tolerante pero el mensaje del pueblo fue claro: el Brexit debe permitir controlar la cantidad de europeos que vienen al Reino Unido», subrayó May.
Además, la jefa de Estado inistió que «queremos una nueva asociación equitativa (…) no un estatuto de miembro parcial o asociado de la UE, que nos dejaría mitad adentro o mitad afuera».
PUBLICIDAD
Las relaciones internacionales
Al expresar su voluntad de sacar al Reino Unido del mercado único, Theresa May demostró durante su discurso desde Lancaster House que asume las advertencias de los europeos que insistieron que no habrá acceso posible a la UE sin el respeto de la libertad de circulación.
En respuesta, May insistió sobre la construcción de un Reino Unido «abierto al mundo», que firma sus propios acuerdos comerciales con los países del Commonwealth, con los gigantes asiáticos y con Estados Unidos. Esto, luego que el lunes Inglaterra recibiera un entusiasta respaldo del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, que anunció que quería concluir rápidamente un acuerdo comercial.
Además, May llamó a los británicos a «dejar de lado las viejas divisiones y unirse para hacer del Brexit un éxito» y pidió que cesen los insultos y el rencor.
En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, después del discurso expresó que «al fin [hay] un poco de claridad». Mientras que el ministro de Exteriores austríaco, Joerg Schelling, estimó que «el Brexit tomaría cinco años (…) nadie sabe lo que sucederá exactamente.