El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó su interés por ver la embajada de Estados Unidos trasladada de Tel Aviv a Jerusalén, en vistas a su primera reunión con el presidente estadounidense Donald Trump, prevista en febrero.
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Rompiendo con la línea tradicional seguida por Estados Unidos, Trump prometió reconocer a Jerusalén como capital de Israel al trasladar allí su embajada, en contra de la oposición de los palestinos y de la mayoría de la comunidad internacional.
La embajada de Estados Unidos tiene que estar aquí, en Jerusalén», declaró Netanyahu en su consejo de ministros semanal, según un comunicado de su oficina.
«Jerusalén es la capital de Israel y estaría bien que la embajada estadounidense no fuera la única en instalarse y que todas las embajadas hicieran lo mismo. Creo que, con el tiempo, la mayoría de embajadas se instalarán aquí en Jerusalén», agregó.
El ex secretario de Estado norteamericano John Kerry advirtió recientemente contra el riesgo de una «explosión absoluta en la región» si se trasladaba dicha embajada.
El 22 de enero, la Casa Blanca pareció sin embargo descartar un anuncio inmediato sobre el tema. «Estamos solo al principio de un proceso para abordar este tema», afirmó el portavoz Sean Spicer.
Israel considera a Jerusalén en su totalidad, incluyendo la parte oriental anexada en 1967, como su capital indivisible. Unos 200.000 israelíes viven en barrios de colonias en el este de Jerusalén.