A finales de 2016, la ONU anunció que las medidas adoptadas a través del «Acuerdo de París» no serían suficientes para abordar el fenómeno del calentamiento global. A través de su «Reporte de la Brecha de Emisiones el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente» (UNEP, por sus siglas en inglés), los investigadores de la entidad internacional concluyeron que para tener aunque sea una oportunidad de prevenir los peores efectos del cambio climático, el mundo debe «incrementar urgentemente su ambición» por reducir las emisiones. Esto estaría afectando gravemente a la flora y fauna mundial, debido a que las especies están sufriendo carencias de alimentación, hidratación y al surgimiento de nuevas enfermedades.
PUBLICIDAD
Emisiones y temperaturas
Para poder mantenernos en un equilibrio medioambiental seguro, los países necesitarían reducir un 25% más sus emisiones. Esto como una medida extra a las ya consignadas en el compromiso de París para 2030, entre las que destaca el hecho de «no permitir que las temperaturas se incrementen más allá de 1,5 grados centígrados y tomar las medidas necesarias para la reducción de emisiones». Siguiendo solo las medidas acordadas en París, el aumento de temperatura alcanzaría los 2 grados, y si bien, pareciera que 0,5 grados centígrados no fuera mucho, el impacto que genera en el equilibrio medioambiental podría traer graves consecuencias.
Según información entregada por WWF Chile, en los próximos años el país registrará en promedio menos precipitaciones y se experimentará un alza de temperaturas. Al 2050 en Santiago la temperatura se proyecta con un aumento de 2,6ºC y con precipitaciones un 15% menores. En el sur, Valdivia registraría una baja de 13% en precipitaciones.
¿Cómo afecta esto a la flora y fauna chilena?
Desde Publimetro conversamos con Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile, sobre como el cambio climático afecta a nuestro territorio nacional. El experto señaló que para saber más sobre los efectos de este fenómeno en la flora y fauna de nuestro país, se han realizado estudios como por ejemplo, «uno del Instituto de Ecología y Biodiversidad enfocado en la ecorregión mediterránea, el cual llama la atención respecto a una serie de especies tanto vegetales como vertebrados que podrían verse afectados, siendo los más severos dos plantas, Festuca orthophylla –o paja brava- y Nassauvia digitata. También se alerta respecto a la situación de otras especies como la rata arbórea chilena (Irenomys taraseis), el sapo montado austral (Telmatobufo australis) e incluso el huemúl (Hippocamelus bisulcus). En general, la mayoría de las 1447 especies de flora terrestre y de las 67 especies de fauna que consideró este estudio verán disminuida su área de distribución, lo que conlleva un aumento del riesgo de desaparición«.
0 of 6
Muchas plantas y animales no tienen el tiempo para adaptarse a las consecuencias del calentamiento global
En general, tanto en Chile como en el mundo, muchas plantas y animales no tienen el tiempo para adaptarse. El panorama está agravando la situación, tanto de las especies que están en peligro de extinción (muchas de ellas habitan en regiones impactadas en gran medida por perturbaciones climáticas), como de aquellas que son más sensibles debido a su biología, es decir, sus características ecológicas, fisiológicas, genéticas, y de comportamiento.
PUBLICIDAD
Situación marítima
Sobre las consecuencias para nuestra flora y fauna marítima, el director de Conservación de WWF Chile señaló que los ecosistemas marinos de Chile también se están viendo gravemente afectados por el cambio climático. Esto se grafica principalmente en el aumento del nivel medio del mar que, según las estimaciones al 2100, subirá de 20 a 25 cm a lo largo de la costa chilena. «Las mayores temperaturas empujan a que algunas criaturas marinas deban sumergirse más a las profundidades de los océanos, en búsqueda de la temperatura adecuada para sobrevivir», agregó el experto. «Estos impactos del cambio climático se hacen evidentes en especies como el pingüino emperador (Aptenodytes forsteri), que vive en la Antártica, en donde el calentamiento global está derritiendo su hábitat. En la Patagonia, el pingüino magallánico (Spheniscus magellanicus) también sufre los impactos del cambio climático, ya que el aumento de tormentas y variaciones de temperatura dejan muy vulnerables a los jóvenes, debido a la falta de plumaje impermeable», señaló Rodrigo Catalán.
0 of 3
Otra especie que se está viendo afectada es la ballena azul. «Junto con una mayor concentración de dióxido de carbono (causado por la quema de combustibles fósiles) en la atmósfera, el CO2 será absorbido en mayor medida por los océanos, ocasionando que estos espacios sean cada vez más acidificados» explicó el experto, agregando que este proceso podría tener serios efectos sobre las poblaciones de ballenas debido al impacto sobre el krill.
Se prevé que las zonas frontales (hábitat clave de las ballenas) se desplacen hacia el sur debido a efectos causados por el cambio climático. Las zonas frontales son barreras entre diferentes masas de agua, donde estas pueden ascender de las profundidades, trayendo consigo grandes cantidades de nutrientes que estimulan el crecimiento del fitoplancton y constituyen un sustento de poblaciones de presas para las ballenas. «Las ballenas azules tendrían que viajar mucho más al sur (posiblemente unos 200 a 500 kilómetros extra) para poder alcanzar y alimentarse en estas áreas ricas en alimentos, donde se abastecerían de reservas suficientes para el resto del año», explican desde WWF Chile. Estas rutas de migración más extensas podrían incrementar los costos de energía y reducir la duración de la principal temporada de alimentación. A medida que las zonas frontales se desplacen hacia el sur, ellas estarán más juntas, reduciendo así el área total del hábitat de alimento disponible.
WWF Chile, junto al Centro Ballena Azul (CBA) y Fundación Melimoyu, proponen la creación de una red de Áreas Marinas Protegidas de 1,4 millones de hectáreas en la Patagonia, una zona clave para la ballena azul y una serie de especies marinas de gran relevancia.»Una acción clave que puede impulsar el Gobierno es la declaración de zonas de protección en los sitios de mayor vulnerabilidad», señalaron desde la organización.
El pingüino magallánico, el pingüino emperador y la ballena azul estarían siendo afectados por las consecuencias del calentamiento global
Acciones para combatir este fenómeno
Desde WWF Chile consideran que no solo el gobierno debe tomar acciones, sino que todos como sociedad, incluyendo al sector privado y la comunidad. Para Chile no es menor que el último Índice Global de Riesgo Climático nos haya ubicado dentro de los 10 países más afectados por eventos meteorológicos relacionados con el cambio climático durante 2015. Nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) aumentaron un 113,4% desde 1990 a 2013, y un 19,3% solo entre 2010 y 2013, según los datos del Segundo Informe Bienal de Actualización de Chile sobre Cambio Climático presentado por la Presidenta Bachelet en la COP22.
Nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) aumentaron un 113,4% desde 1990 a 2013, y un 19,3% solo entre 2010 y 2013
En el «Acuerdo de París», las contribuciones comprometidas por Chile son reducir en 30% las emisiones de CO2 por unidad de PIB al 2030 en relación a 2007, y 45% si cuenta con apoyo internacional, además de la forestación de 100 mil hectáreas y manejo sustentable y recuperación de 100 mil hectáreas de bosque para capturar gases de efecto invernadero, e implementación de planes de adaptación al cambio climático. Este último compromiso, se vio seriamente afectado por los incendios forestales ocurridos durante este verano. A pesar de la catástrofe, en el ámbito forestal, CONAF lidera las acciones para mitigar y adaptar, lo que se grafica en la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales 2017-2025, la cual plantea 26 medidas de acción para enfrentar el cambio climático, la desertificación, degradación de tierras y la sequía.
Otro ámbito relevante es el de la energía. Nuestra matriz energética sigue compuesta principalmente por combustibles fósiles importados (carbón y diésel), lo que da como resultado que la intensidad de las emisiones de carbono generadas por la producción de electricidad supere la media de la OCDE. Las señales de alza en la inversión en energías renovables y su participación en la matriz energética, vislumbradas en 2016, abren espacio al optimismo. WWF Internacional ha propuesto la meta de contar con un 100% de energía renovable para 2050 en Chile y el mundo.
También te puede interesar: