El presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se comprometieron este lunes a mejorar las tensas relaciones entre sus países, pese a reconocer sus desacuerdos durante un encuentro en el palacio de Versalles que el mandatario galo calificó de «extremadamente franco».
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La primera reunión entre los dos mandatarios desde que Macron llegó al poder dio otra oportunidad al francés de demostrar sus dotes diplomáticas tras su primer encuentro la semana pasada con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sellado con un muy firme apretón de manos.
Putin admitió diferencias de opinión durante la conversación, que versó, entre otros temas, sobre los conflictos de Siria y Ucrania. Insistió sin embargo en que las relaciones franco-rusas resisten a «todos los puntos de fricción».
«Discrepamos en un número de cuestiones, pero al menos hablamos de ellas», declaró Macron.
«Nuestra prioridad absoluta es la lucha contra el terrorismo y la erradicación de grupos terroristas y en particular Daesh», afirmó Macron, refiriéndose por su acrónimo en árabe al grupo yihadista Estado Islámico, que ha reivindicado sangrientos atentados en Francia.
«Órganos de propaganda»
El recientemente elegido presidente francés expresó su deseo de reforzar la cooperación con Rusia en Siria, uno de los puntos de fricción en las relaciones entre los países occidentales y Moscú, que respalda al régimen del presidente sirio Bashar al Asad.
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Macron se pronunció así a favor de «una transición democrática» que preserve al Estado sirio, asegurando que los «Estados fallidos» en Medio Oriente siempre han incrementado el riesgo de ataques extremistas en Occidente.
Pero, en lo que pareció ser una advertencia a Asad y Rusia, aseguró que el uso de armas químicas en Siria es «una línea roja muy clara» para él y que, de ocurrir, provocaría una «respuesta inmediata» de Francia.
Los dos mandatarios hablaron también sobre las sanciones impuestas a Rusia debido a su presunta implicación militar en Ucrania, y de las acusaciones de intromisión rusa en la reciente campaña presidencial francesa.
Por un lado, Putin aseguró que las «sanciones» contra su país no contribuyen en absoluto a solucionar el conflicto entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes apoyados por el Kremlin en el este de Ucrania.
El presidente ruso, que recibió a la candidata ultraderechista francesa Marine Le Pen durante la campaña electoral, también minimizó las acusaciones según la cuales piratas informáticos rusos se inflitraron en la campaña de Macron.
«Tal vez fueron hackers rusos, tal vez no», afirmó Putin.
Macron, por su parte, se refirió a dos medios de comunicación afines al Kremlin, el canal de televisión Russia Today y la agencia de noticias Sputnik. Los acusó de haber actuado como «órganos de influencia y propaganda» en su contra, por cuestionar su sexualidad y sus vínculos con las altas finanzas.
Represión a homosexuales
El presidente francés había prometido un «diálogo exigente» y «sin ninguna concesión» con Putin, quien había instado a Macron a «superar la desconfianza mutua» en un mensaje de felicitaciones tras su elección.
Amnistía Internacional exhortó a Macron a «hacer presión» sobre el presidente ruso, y denunció la persecución «en total impunidad» de los homosexuales en Chechenia, y ello «con la bendición de las autoridades rusas».
En este sentido, Macron afirmó tras el encuentro que Putin se comprometió a establecer «la verdad» sobre la presunta represión a los homosexuales.
«El presidente Putin me dijo que ha tomado varias iniciativas sobre los LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transexuales) en Chechenia con medidas destinadas a establecer toda la verdad sobre la actuación de las autoridades locales«, explicó Macron en la conferencia de prensa.
«Expresé las expectativas de Francia de forma muy precisa», afirmó el mandatario francés, prometiendo mantenerse «vigilante» al respecto y asegurando que ambos líderes acordaron revisar la situación con regularidad.
El joven jefe de Estado francés, de 39 años, cierra así un maratón diplomático que lo condujo el jueves a la cumbre de la OTAN en Bruselas y luego, el fin de semana, al G7 de Taormina, en la isla italiana de Sicilia.
«Donald Trump, el presidente turco [Recep Tayyip Erdogan] o el presidente ruso están en una lógica de relación de fuerzas, lo que no me molesta», había declarado Macron.