El presidente estadounidense Donald Trump anunciará este viernes restricciones a los negocios con militares de Cuba y a los viajes a la isla durante una visita al exilio cubano en Miami.
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Un alto funcionario de la Casa Blanca afirmó el jueves que Trump viajaba el viernes a Miami para anunciar medidas administrativas, como la prohibición de cualquier transacción financiera con el Grupo de Administración de Empresas (GAESA), un holding estatal cubano que de acuerdo con Washington beneficia directamente a altos jefes de las Fuerzas Armadas.
Además, Washington restablecerá un grupo de 12 categorías en que los estadounidenses interesados en viajar a Cuba tendrán que inscribirse para poder recibir sus licencias de viaje, explicó el funcionario.
Más de un cuarto de millón de estadounidenses visitó Cuba en los primeros cinco meses de 2017, lo que representa un crecimiento de 145% frente a igual período de 2016, informó el miércoles un portal cubano citando fuentes oficiales.
Empresas aéreas y de viajes de crucero hacia Cuba hicieron millonarias inversiones en los últimos dos años para prepararse al nuevo escenario bilateral, y aún resta por ver el impacto que las nuevas medidas tendrán en estos sectores.
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Estas medidas afectan uno de los más notables legados políticos del ex presidente Obama, quien junto al mandatario cubano Raúl Castro, anunció en diciembre de 2014 el inicio de una nueva fase en la relación bilateral, después de medio siglo de ruptura y desconfianza.
Desde ese histórico anuncio de 2014, los dos países restablecieron sus relaciones diplomáticas, y Washington avanzó en el progresivo desmonte de normas administrativas para permitir un incipiente flujo de intercambio comercial y abrió las puertas para que los estadounidenses pudieran ir de vacaciones a Cuba.
Casa Blanca cancela política de Obama para familias de inmigrantes ilegales
Esta no es la única medida que impulsó Obama y que el Gobierno de Trump está echando hacia atrás. Este jueves se anunció la cancelación de la política impulsada por su antecesor Barack Obama para permitir a millones de inmigrantes ilegales padres de niños nacidos en Estados Unidos a permanecer en el país.
Esta política de 2014, conocida como Dapa (Acción Diferida para Padres de Estadounidenses y Residentes permanentes Legales), buscaba ayudar a las familias de los hijos de los llamados «dreamers» a permanecer juntos, sin la amenaza de ser deportados.
La Dapa nunca se implementó luego que 26 estados presentaron con éxito una demanda en una corte federal de Texas para bloquearla, un fallo que mantuvo la Suprema Corte tras una apretada votación.
La Dapa hubiera alcanzado, según algunas estimaciones, a unos 4 millones de personas; aquellos con hijos nacidos en EEUU que se encontraban en el país antes de 2010.