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Desaparición de Santiago Maldonado: ¿Cómo la “situación mapuche” genera tensión tanto en Argentina como en Chile?

En los gobiernos de Chile y Argentina se habla de “violencia” y algunos incluso usan la palabra “terrorismo”. ¿Cómo es vista esta materia en la ciudadanía?

El 1 de agosto, mientras en Chile Karen Bejarano era noticia porque regresaba a la televisión como panelista de un matinal, al sur de Argentina, en la provincia de Chubut (Patagonia), el joven Santiago Maldonado era visto por última vez, cuando protestaba por la liberación de un líder mapuche preso por ser considerado un terrorista. Desde ese día, la familia del joven de 28 años inició una campaña que traspasó las fronteras de ese país y que ha llevado al planeta entero preguntarse, ¿donde está Santiago Maldonado?

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Más allá del hecho puntual de iniciar su búsqueda, el tema ha abierto una arista que también atañe al pueblo chileno. ¿Cómo es tratada «la situación mapuche» tanto en Chile como en Argentina?

«Hay que aclarar que Santiago Maldonado no es mapuche» dice a Publimetro el periodista y escritor Pedro Cayuqueo, pero luego agrega que «él desapareció cuando estaba protestando por una causa mapuche, que no es igual». Y tiene razón pues el joven estaba pidiendo la liberación de Facundo Jones Huala, el líder del movimiento Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), que exige la devolución a pueblos originarios de terrenos que hoy pertenecen a la empresa italiana Benneton.

En ese sentido, Cayuqueo indica que el caso tiene «varios ingredientes para transformarse en noticia planetaria. La marca Benetton es conocida a nivel internacional y usa en varias publicidad el tema de la inclusión étnica. Entonces, verla involucrada en materias de conflicto por terrenos con un pueblo mapuche, es de interés mundial».

Y destaca además la capacidad que tienen los argentinos de preocuparse por los suyos. «Allá existe buena memoria respecto de sucesos que ocurrieron en los años 80 y 90, donde la desaparición de personas fue un tema muy fuerte y que todavía está fresca», agrega .

Sus palabras son complementadas por el abogado de Derechos Humanos, Carlos Flores quien asegura que «en Chile, si se desaparece un mapuche, no hacen nada. Allá, todo un país está alerta».

De hecho, pese a que la desaparición ocurrió en el sur, en Buenos Aires están todos pendiente de las noticias. «Se ha tomado la agenda» dice David Carrasco, sociólogo chileno y estudiante de Maestría en Comunicación y Educación de la Universidad Nacional de la Plata. «Incluso ha desbordado la pauta de los medios de comunicación, principalmente conservadores y del mismo gobierno», agrega el profesional radicado en la capital argentina desde 2016.

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«En redes sociales ha habido mucha actividad, se han realizado campañas y contenidos que se han viralizado. Además se han organizado manifestaciones, intervenciones en la calle, acciones de protesta», complementa Carrasco. Por eso son importantes los comentarios que han hecho varias figuras respecto al tema, como Diego Armando Maradona, la actriz Juana Viale o incluso uno de los líderes del partido político español Podemos, Iñigo Errejón. Pero en Chile, muy poco se ha sabido.

«Lamentablemente en Punta Arenas, Patagonia chilena, no existe comunidad una mapuche, sólo asociaciones y somos pocos los comprometidos con nuestra causa», dice Juan Lepichei, mapuche que se hizo conocido al exigir al Registro Civil su derecho de aparecer con trarilonko en la foto de su cédula de identidad.

«En Chile tenemos el caso de José Huenante, que desapareció hace años y todavía no se hace nada», agrega el escritor Cayuqueo. Y su preocupación es compartida por el abogado Flores. «Nadie hace nada cuando se trata de un mapuche, y si pronto desaparece una persona de piel negra, nadie va a hacer nada», complementa con tristeza.

¿Cómo son vistas las demandas del pueblo mapuche en Argentina y en Chile?

El principal problema con el que ha tenido que lidiar el gobierno de Mauricio Macri respecto a la situación mapuche dice relación con la RAM y la exigencia de devolución de terrenos en la Patagonia, además de autonomía como pueblo. La desaparición de Santiago Maldonado incluso ha llevado a la ONU a exigir más trabajo para encontrarlo y agrupaciones de Derechos Humanos han denunciado al presidente por «encubrir» este hecho.

En ese contexto la ministra de Seguridad trasandina, Patricia Bullrich, ha declarado que pese a que les preocupa la búsqueda de Maldonado, no necesariamente hay voluntad de las autoridades para ceder ante la petición de una autonomía. Así, las palabras de la autoridad apunta a usar el término «violencia».

«Hay decisión total y absoluta de no permitir que en la Argentina se asiente un grupo que use la violencia como forma de acción, y que quiera imponer una república autónoma y mapuche en medio de la Argentina», dijo la ministra la semana pasada.

Y una voz similar es la que se tiene desde el gobierno de Chile, que ha vinculado recientemente la quema de 29 camiones en San José de la Mariquina a grupos de origen mapuche hablando de «violencia» en el sur.

Una visión más marcada es la que han tenido algunos candidatos presidenciales -como Sebastián Piñera o José Antonio Kast-, que han usado la palabra «terrorismo» e incluso las mismas agrupaciones de camioneros entregaron un documento a La Moneda pedían medidas especiales para tratar el tema.

Para Cayuqueo, «lo que hay que en el sur es violencia, pero no terrorismo. Hay un uso de un lenguaje destemplado, que no se si es ignorancia o no, de varios que usan ese término para vincularlo al pueblo mapuche».

En ese sentido, no descarta que esta forma de tratar el tema podría tener una motivación hasta política. «Una de las herramientas más fáciles par conseguir votos tiene que ver con fenómenos sociales que aterroricen a la población. La delincuencia, por ejemplo, es un caballito de batalla y lo mismo pasa con el terrorismo», precisa.

Para el sociólogo Carrasco, la diferencia entre Argentina y Chile es que allá la presión que ha ejercido gran parte de la sociedad -que se ha cuadrado con la búsqueda del joven- e incluso ha llevado «a los medios hegemónicos a tratar el tema, sin embargo desde otra perspectiva​, buscando sistemáticamente bajarle el perfil, a veces desinformando, entregando pistas falsas y criminalizando a Santiago mismo y al pueblo mapuche, tratándolos como terroristas o bien como un ‘grupo de extrema violencia'»

«Lo que ha sucedido con el joven Maldonado viene a demostrar que para estos estados cualquiera que sea amigo de un mapuche pasa a ser para ellos enemigo del Estado», dice Lepichei.

«Todos nosotros luchamos, los blancos y oscuros, cristianos y ateos, musulmanes y judíos, por tener el derecho de vivir en paz. Creo que el Estado chileno y el argentino necesitan aprender de nosotros (los mapuche) que estábamos desde antes de la invasión y usurpación de la corona española», agrega.

«El día que los estados reconozcan nuestra autonomía y conozcan y aprendan lo que es ser mapuche, entenderán recién lo que somos», sentencia Lepichei.

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