Cerca de un mes y medio ha transcurrido desde que Nikolas Cruz ingresó a una escuela en Parkland. El joven de 19 años, armado con un fusil de asalto, provocó la muerte de 17 personas.
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Las heridas de la masacre están lejos de curarse, al igual que una política más dura en contra de la tenencia de armas en Estado Unidos.
Ante la falta de medidas por parte del Estado, la escuela secundaria Stoneman Douglas de Parkland decidió poner en práctica sus propias restricciones.
Los estudiantes deberán llevar mochilas transparentes en todo momento en el campus. Con esto se podrá comprobar de manera fácil que los alumnos no portan armas.
Otra de las medidas adoptadas, es el uso obligatorio de las identificaciones durante la jornada.
La presencia policial dentro del recinto también incrementará. El gobernador Rick Scott anunció que pondrá a disposición más oficiales para realizar patrullajes y los alumnos sólo podrán ingresas a través de accesos limitados a sus clases.
«Se siente como una prisión»
Los alumnos de la Stoneman Douglas, lideraron el movimiento #NeverAgain logrando recaudar millones de dólares y poner el tema del control de armas en el debate nacional.
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Tras tener una pequeñas vacaciones del inicio de la primavera, los estudiantes regresaron este lunes a clases bajo las estrictas medidas de protección.
Los jóvenes valoraron las medidas de seguridad, sin embargo, acusaron que las mochilas «cruzaron una linea».
Uno de los estudiantes dijo a la cadena CNN que la «militarización» no genera más seguridad en los afectados.
«Los estudiantes de color se han convertido en blancos y los estudiantes blancos se han vuelto sospechosos. No damos la bienvenida a la militarización de MSD. Es terrible ver que nuestra escuela pierda el control sobre la protección de sus estudiantes y sus familias».
