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May a la desesperada en búsqueda de apoyos: entre la comprensión de Merkel y la firmeza de Macron

El presidente francés Macron exige garantías de que Reino Unido no obstaculizará la toma de decisiones en la Unión Europea

Apenas unos días antes de que se ejecute un Brexit sin acuerdo y posiblemente desastroso, los jefes de gobierno de la Unión Europea se reunían el miércoles para estudiar si conceden una nueva prórroga, quizá hasta de un año, para la salida británica del bloque.

Es probable que sea un día duro para la asediada primer ministra británica, Theresa May, que ha pedido una segunda ampliación hasta el 30 de junio para evitar que Gran Bretaña salga del bloque el viernes.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha sugerido una prórroga aún más larga, hasta de un año, con condiciones asociadas para garantizar que Gran Bretaña no obstaculiza la toma de decisiones del bloque si sigue siendo un miembro.

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El secretario británico para el Brexit, Stephen Barclay, dijo a la BBC que no quiere retrasar el proceso tanto tiempo.

“Sin embargo, la clave con cualquier aplazamiento es que podamos ponerle fin una vez lo ratifiquemos, para poder seguir adelante y aprobar un acuerdo en el Parlamento, ratificar ese acuerdo y salir de la UE”, dijo. “Eso es lo que quieren los líderes de la UE, es lo que quiere la primera ministra”.

May tenía previsto llegar a Bruselas para una reunión previa con Tusk antes de plantear su solicitud a sus socios, que después decidirán sobre su siguiente paso.

Si no conceden el aplazamiento, Gran Bretaña abandonará la UE sin un acuerdo que regule el proceso. Una salida brusca sería un duro golpe para el comercio y las empresas a ambos lados del Canal de la Mancha y podría ser muy molesto para los viajeros porque probablemente afectaría a aeropuertos, puertos, aranceles y regulaciones estándar de un día para otro.

Los demás países de la UE, en especial Francia, se han mostrado cada vez más exasperados por la división política y la incertidumbre en Gran Bretaña.

Los jefes de gobierno del grupo han intentado ayudar a May durante dos años de negociaciones, e incluso después de que Londres incumpliera la fecha inicial de salida, el 29 de marzo, por una rebelión parlamentaria.

May viajó el martes a Berlín y París para buscar apoyo en las grandes potencias europeas. La primera ministra pidió un acuerdo con buenas condiciones a la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que ha adoptado una posición estricta antes de la cumbre de Bruselas.

La postura de Macron estas últimas semanas ha sido más firme que la de la canciller alemana y ha supeditado cualquier prórroga a la presentación de un plan alternativo y creíble que la justifique y cuente con el respaldo de la mayoría del Parlamento británico.

 

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May y el jefe de Estado francés tampoco se dirigieron a los medios al término de una cita que duró hora y cuarto y en la que Macron la recibió con dos besos a la entrada del Palacio presidencial.

Francia, según indicaron ayer fuentes del Elíseo, no se opone por sistema a un retraso del Brexit, pero quiere garantías y le parece “demasiado” la extensión de hasta un año que socios como Irlanda plantean. Macron ha destacado estos últimos días su intención de que la UE no sea “rehén de una crisis política” en el Reino Unido.

El acercamiento de May pareció dar frutos y un miembro de la oficina de Macron dijo que Francia estaba dispuesta a aceptar otro aplazamiento.

Aunque acompañada de una larga lista de condiciones, la postura es un cambio considerable respecto al tono que mostraba Francia la semana pasada. No estaba claro a qué se debía ese cambio de parecer, aunque ha crecido la preocupación sobre el efecto que podría tener un Brexit duro sobre la economía francesa.

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En Francia también ha gustado que May tendiera la mano la semana pasada a la oposición británica para encontrar un compromiso, y es posible que una reunión con el primer ministro de Irlanda haya ablandado a Macron.

Entre las condiciones que ha planteado Francia para acordar una nueva demora está una “perspectiva creíble”, o alguna clase de solución al estancamiento político británico, así como una promesa de que Londres no pedirá más prórrogas. Francia también baraja reclamar garantías de que el gobierno británico no participará en decisiones de la UE mientras se resuelve el Brexit.

“Cuanto más larga sea la ampliación, más garantías se necesitan”, dijo la fuente francesa, que habló bajo condición de anonimato en línea con la política de la presidencia gala.

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Todas las iniciativas británicas para aprobar un acuerdo en su Parlamento han fracasado por ahora. Las reuniones del gobierno conservador con el opositor Partido Laborista no han tenido éxito, aunque ambas partes acordaron reanudar sus conversaciones tras la cumbre del miércoles.

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