A medida que pasan las horas del trágico crimen del que fueron víctimas este martes tres niños y dos funcionarias de un jardín infantil en el municipio de Saudades, estado de Santa Catarina, en Brasil, se empiezan a conocer más detalles respecto del joven de 18 años que ingresó con un machete hasta el recinto educacional para cometer los cinco asesinatos.
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Fue la profesora Aline Biazebetti, una de las testigos del brutal crimen cometido en el jardín infantil, donde trabaja en el turno de la tarde, quien en declaraciones a la red Globo dio más pistas respecto del hecho que impactó esta mañana a los brasileños.
«Ellas hicieron lo que pudieron para salvar las vidas de esos niños», señaló Biazebetti, quien aseguró en la entrevista con G1 que en el recinto estaban los hijos del joven, quizás «la razón» principal del inesperado ataque. «Un amigo profesor que estaba en la guardería en el momento del ataque me contó que los funcionarios escondieron a los hijos del joven que cometió el ataque cuando vieron lo que estaba haciendo».
«Ellas vieron que pasaba algo y se movieron rápido para llevar a todos (los alumnos) al vestuario, mientras que un maestro pudo sujetar la puerta. Él (asesino) trató de abrirla, pero al final terminó rindiéndose. En ese momento comenzaron a cerrar todas las ventanas para tratar de protegerse», prosiguió la profesora, quien vive al frente del jardín infantil y que se enteró del ataque luego de escuchar los gritos de auxilio que venían desde el recinto.
«Estaba dentro de la casa, escuché gritos de auxilio. Eran muy fuertes. Así que me fui y luego vi a las chicas, mis compañeras pidiendo ayuda, para llamar a la policía. Logré llamar a la policía, pero apenas pude decir nada, solo pedí ayuda», continuó con su relato, no sin antes soltar unas lágrimas al recordar que trató de ayudar a uno de los niños agredidos. «Las niñas empezaron a sacar a los heridos y yo logré llevar a un niño al hospital, pero estaba gravemente herido. Esto muy triste. Ni siquiera tengo palabras, porque perdí compañeros».
«Nunca esperábamos eso, nunca, que alguien entrara e hiciera algo así. No hay explicación para lo que hizo este tipo», dijo Aline, que antes de quebrarse ante la cámara, reconoció que no sabe cómo lo hará para volver a trabajar en ese lugar. «Comencé como pasante allí hace tres años y ahora me incorporé como agente educativo. Me cuesta volver atrás, no sé cómo será entrar y recordar las escenas de terror y pedir ayuda (…) se queda en nuestra mente. Es muy difícil superar esto», cerró.