El canal 12 de la televisión de Palm Beach, en Florida, sorprendió este jueves a sus espectadores con la insólita historia de una mujer que recuperó su teléfono celular después de 77 días de haberlo perdido en el mar.
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Fue un matrimonio de Florida, compuesto por Laura Leigh y Lawton Martin, aficionados a recoger conchas en la playa y su vecino experto en tecnología, Devron Richardson, quienes obraron el milagro para Amie Vreeken, una madre de cuatro hijos que trabaja como bailarina en un show de sirenas en Las Vegas.
Es por ello que los conductores del noticiero bautizaron a la afortunada de Vreeken como la «sirena que encontró su celular», en un estado casi perfecto gracias a la funda protectora que tenía el aparato.
La fortuna de la sirena
El encuentro de los cuatro protagonistas en el sector de Delray Beach (Florida) fue ampliamente reportado en la estación televisiva, que destacó lo insólito del caso en que la bailarina recuperó su teléfono.
«Era solo un pequeño cuadrado negro, lo recogí, sabía que era una funda de teléfono, así que le mencioné a Lawton, creo que este es un teléfono, así que lo pusimos en nuestra bolsa de concha y nos lo llevamos a casa», reconoció Laura en CBS12 News, quien se llevó el aparato porque «no tenían cargador para esa marca de teléfono».
Fue en ese momento en que apareció Richardson, un vecino quien siempre ayuda a la pareja cuando se les estropea la computadora.
“Él y su esposa son geniales, vienen y nos ayudan todo el tiempo cuando tenemos problemas con la computadora”, dijo Lawton, que agregó que después de una carga, el teléfono funcionó.
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«Al encenderse, veo esta foto de la familia de las sirenas en el teléfono y pensé que no sería muy difícil encontrar a esa familia», apuntó Richardson, quien gracias a la App Google Lens escaneó la foto y dio con la dueña.
«¡OMG, esto es una broma! Es fantástico», fueron las palabras que Vreeken escribió en su nuevo teléfono en respuesta a Richardson, quien detalló que perdió su celular en febrero durante un paseo en kayak por Delray Beach, donde una ola le hizo soltar el aparato en el mar, el que infructuosamente buscaron hasta altas horas de la noche con un detector de metales.
«Pasaron 77 días, 77 días, desde el segundo en que cayó al mar hasta que me llamaron para decirme que encontraron mi teléfono», contó una asombrada Vreeken, que además de agradecer a los Martin y a Richardson, escribió una muy favorable reseña sobre la funda de teléfono que compró por 10 dólares con el título «77 días en el océano y el teléfono está bien».