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Estatua de la Libertad: el colosal regalo de Francia por la independencia de Estados Unidos

Francia regaló la Estatua de la Libertad a Estados Unidos como homenaje al primer centenario de su independencia. La colosal escultura llegó dividida en 350 piezas y fue armada sobre un pedestal.

La célebre Estatua de la Libertad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco recién en el años 1984.

Sin embargo, sus orígenes son tan remotos como interesantes por la forma en que viajó miles de kilómetros. Llegó para convertirse en uno de los íconos más representativos de Estados Unidos.

Su historia se remonta a 1885 cuando Francia decidió otorgarle un regalo colosal a Estados Unidos por el primer centenario de la Declaración de la Independencia.

La creación de la enorme estatua de cobre y hierro estuvo a cargo de Frederic Auguste Bartholdi y Gustave Eiffel, el famoso autor de la tore de París.

Por el gran tamaño de la escultura, los franceses decidieron enviar la Estatua de la Libertad por mar, dividida en 350 piezas.

Luego de llegar el 17 de junio de 1885 a la Liberty Island, fue armada y colocada en un pedestal.

Su nombre oficial es “La libertad iluminando el mundo”, mide 93 m de alto y pesa 225 toneladas.

Para subir a la corona, los visitantes deben ascender 354 escaleras, que equivalen a 20 pisos.

Su corona consta de 7 puntas que hacen referencia a los siete continentes y mares y hasta los dedos de sus pies con cadenas rotas la estatua encierra muchas metáforas.

Originalmente la Estatua de la Libertad era de un color marrón rojizo, pero gracias a la oxidación del cobre tomó el tono de verde jade actual.

El 28 de octubre de 1886 la inauguró el presidente Grover Cleveland, en una solemne ceremonia con autoridades estadounidenses y francesas.

Los secretos de la Estatua de la Libertad

La Estatua de la Libertad se ubica en la hoy isla de la Libertad al sur de Manhattan, junto a la desembocadura del río Hudson y cada año la visitan cinco millones de turistas.

Guarda secretos increíbles, como que el escultor Bartholdi se inspiró en los rasgos de su madre, Charlotte, para crear el rostro de la estatua.

Entre 1886 y 1906, la estatua guió a los barcos en la entrada del Puerto de Nueva York y sirvió 16 años como faro.

Y en 1984 se decidió reemplazar la antorcha original por una nueva más brillante y cubierta de pan de oro de 24 quilates. Y es que la estatua es una verdadera joya…

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