Economía

Felices y Forrados cerró sus operaciones debido a nueva normativa

Felices y Forrados informó este miércoles su cierre. “El retirarse de un campo de batalla no es perder la guerra”, escribió Gino Lorenzini.

Felices y Forrados, la consultora previsional de Gino Lorenzini, informó este jueves 1 el cierre definitivo de operaciones. Esto ya que se encuentra vigencia la nueva ley que establece exigencias de transparencia en agentes del mercado. Según publicó Cooperativa, la compañía dijo en sus plataformas que por la nueva “ley mordaza” no podrá entregar asesorías sobre ningún aspecto del sistema previsional.

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De todas maneras, ya en marzo anunciaron el próximo término de sus operaciones, pero no definieron una fecha. En su carta de despedida Lorenzini afirmó que “esperamos que en todos estos años de servicio hayas podido aprender sobre cómo usar el sistema a tu favor, sigue adelante con la Cultura del Ahorro. Haz que el cierre de FyF sea un impulso para seguir aprendiendo este gran universo de la cultura del ahorro”.

Además, anunció sobre quienes pagaron planes para recibir recomendaciones, que el proceso de devolución podría tomar algunas semanas. “En relación a la cantidad de usuarios a los que tengamos que devolver el remanente, pedimos tengas un poco de paciencia. Pero no tengas duda porque cumpliremos contigo y con todas las personas que nos solicitaron devolución del remanente”, dijo.

Felices y Forrados: el fundador

“El retirarse de un campo de batalla no es perder la guerra. Al contrario, el enemigo no sabrá ni cuándo ni cómo comenzará el contraataque. Puede ser en un mes o en una década”, escribió Lorenzini. “En 10 años estará generación corrupta estará en la tumba y habrá miles de felices y forrados que asumirán futuros liderazgos. La siembra de la cultura del ahorro dará hermosos frutos”, añadió.

También dijo que “Quiero agradecer a todos mis enemigos. Sin sus ataques constantes y siniestros, el camino no hubiese sido tan divertido y con enormes aprendizajes”. Aquí nombró a una serie de personeros a cargo del Ministerio del Trabajo o alguna superintendencia. “También hay muchos otros enemigos que agradecer, pero eran más bien títeres que seguían instrucciones de los primeros”, añadió.

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