La directiva del Partido Progresista, encabezada por Camilo Lagos, anunció que la colectividad deberá definir cuál será su candidato presidencial, estableciendo como opciones a dos ex-abanderados presidenciales: El candidato histórico de la colectividad, Marco Enríquez-Ominami o el senador Alejandro Guillier.
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Según comentó el timonel progresista a El Mercurio, no querrán restarse de la justa presidencial, por lo que cifran como una meta llegar con alguna carta en la papeleta de noviembre. Asimismo, sostuvo que «lo que la gente está buscando no es rostros nuevos» sino que «cambios», por lo que cualquiera de los dos es una alternativa válida para gobernar.
En la misma línea, Lagos sugirió que MEO ha instalado nuevas formas de hacer política, más directa, más inquisitiva. «Por alguna razón, el pueblo de Chile ha decidido no darle la confianza para que lidere los destinos del país en las tres oportunidades pasadas», comentó, agregando que tienen la «esperanza» de que de aquí al 23 de agosto se solucione la controversia por el juicio en el marco del caso OAS, que mantiene al político sin poder inscribir su opción presidencial.
En ese plano salió a la palestra el nombre de Guillier, el ex-candidato de la Nueva Mayoría en 2017 y que fichó hace semanas por el PRO.
«Tiene todas las condiciones para asumir ese desafío. No lo descartamos en caso de que Marco no lo asumiera. El senador para nosotros es un puente entre el progresismo y la ciudadanía y la sociedad civil», sostuvo Lagos.
Sobre la candidatura única al interior de Unidad Constituyente, coalición que actualmente pertenece el PRO, Lagos apuntó que finalmente el mejor mecanismo para elegir un representante electoral es «la primera vuelta. A estas alturas, tiene más legitimidad», ya que «los tiempos no están dando» para hacerlo a través de otra manera.