$492 millones de pesos en indemnizaciones habrían debido pagar las corporaciones de Cultura y Desarrollo Social de Ñuñoa a seis exdirectivos de la gestión municipal del exalcalde Andrés Zarhi. Se refiere a funcionarios que firmaron sus contratos sin la autorización del directorio de las respectivas corporaciones, pero con la aprobación del ex edil.
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“En Ñuñoa se institucionalizó el robo de cuello y corbata, llamando «beneficios» a cláusulas abusivas contra el patrimonio municipal”, señaló Emilia Ríos, alcaldesa de Ñuñoa.
“Quizás pensaron que nadie se enteraría o tenían completamente normalizado el saqueo. Dijimos que íbamos a devolver Ñuñoa a la comunidad y el primer paso para ello es transparencia. Sepan vecinas y vecinos que vamos a llegar hasta las últimas consecuencias”, añadió.
Con ese panorama recibió el municipio de Ñuñoa la nueva alcaldesa Emilia Ríos (RD). Luego de ser electa, le solicitó al ex alcalde Zarhi que los directivos renunciaran a sus pretensiones antes de que asumiera la nueva gestión.
Una acción que ocurrió, pero a medias. Ls directores renunciaron a las indemnizaciones sin tope a todo evento, pero se reservaron el derecho para reclamar el pago de estas mismas en tribunales.
En el caso de la Corporación de Desarrollo Social (CMDS) de Ñuñoa todos los contratos incluyeron cláusulas de indemnización a todo evento e indemnizaciones legales sin tope.
Más pagos millonarios
El exsecretario general de la CDMS, José Palma, habría presentado una indemnización por $125.282.670. Monto total del cual 68 millones corresponden a una indemnización sin tope por ocho meses que firmó en su calidad de secretario general. Y que también firmó el alcalde Zarhi, sin la autorización del directorio de la CMDS, organismo que tiene el poder de modificar los contratos. Además, incluyó 108 días feriados legales por supuestas vacaciones no tomadas que equivalen a $31 millones de pesos.
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Situación aún más anómala en el caso de Roberto Stern, director de Salud de la Corporación. El 9 de julio de 2020, renunció de manera voluntaria a su contrato vigente desde mayo de 1989 para luego ser recontratado en el mismo cargo directivo pocos días después. Su finiquito para ese entonces fue de $180 millones de pesos.
Esta vez, de la misma manera que el secretario general, modificó su contrato con la firma de Zarhi para recibir una indemnización sin tope por seis meses de $59.478.600 millones de pesos. Monto al que se le agrega la suma de $51 millones de pesos correspondientes a 165 días de feriados proporcionales por vacaciones no tomadas.
Otras deuncias en Ñuñoa
Segú la información del municipio, lo mismo ocurre con el exdirector Jurídico, Ludwig Bornand y la exdirectora de Educación, Ximena Vivanco. Ambos incluyeron en sus contratos indemnizaciones a todo evento equivalente a seis meses de remuneración. Los dos solicitaron una bonificación total de $71.477.898 y $65.745.679 cada uno.
Todos los directores realizaron aumentos de sueldos en al menos dos ocasiones sin autorización del directorio, además de la modificación contractual para incluir cláusulas de indemnización a todo evento en caso de despido, autodespido o renuncia.
Una situación similar ocurrió en la Corporación de Cultura de Ñuñoa. Verónica Farfán, ex directora de Cultura, hasta el 25 de junio de 2015 se desempeñaba como subdirectora de la Corporación. Su ascenso significó un aumento de sueldo de $2.035.484 a $3.550.000. En su contrato se incorporó una cláusula de indemnización a todo evento equivalente a seis meses de remuneraciones brutas mensuales, sin tope alguno.