Una empleada de Parque Safari de Rancagua cuestionó la versión que entregó el gerente Antonio Rojas sobre el mortal ataque de un tigre a una trabajadora. Según dijo Carol Orellana, su grupo preguntó por radio si los felinos estaban encerrados y les informaron que sí. “Ellos dijeron ‘okey, que les vaya bien’”, aseguró la mujer.
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De acuerdo con lo que publicó Biobío, la empleada Carol Orellana dijo que “lo que está diciendo don Antonio, que es el gerente del parque, es falso. No activaron el protocolo del parque, no hicieron nada, no fue culpa de ella, no fue culpa del animal. Fue culpa del parque que no hizo nada”, aseguró. De esta manera cuestionó que la fallecida entrara a un espacio inhabilitado.
La empleada Orellana firmó que la trabajadora no entró a la jaula del tigre, sino que sólo se mantuvo en el espacio que el animal tiene para desplazarse cuando anda libre. “Nadie le dijo que el tigre estaba suelto. Ella simplemente entró. (…) Incluso, cuando nos mandan a limpiar el recinto de los tigres o leones, siempre nos comunicamos por radio y preguntamos si están encerrados los felinos. En esta ocasión también preguntaron y dijeron ‘okey, que les vaya bien’”, djo.
Además, la mujer añadió que “la niña que falleció no trabajaba en manejo animal. Era guía de safari como todas nosotras”, sostuvo. “Nosotras no teníamos por qué hacer ese trabajo, nosotros lo hacemos porque lo daban como horas extras y es beneficioso para nosotros. Pero ese no es nuestro trabajo”, agregó. “Nuestro trabajo es estar arriba del camión y hacerle el tour a la gente para enseñarles sobre los leones y los tigres, nada más”, dijo.
También reveló que luego del ataque “una compañera la intentó reanimar, pero no fue alguien experto en eso. (…) Otros compañeros agarraron uno de los jeep y la llevaron e intentaron ayudarla, pero ya no se podía hacer nada”.