Opinión

¡Feliz 18 de septiembre!

  1. Capellán UC. Twitter: @hugotagle

El desierto florido fue uno de los bonitos regalos de este último tiempo. Y lo digo por la metáfora que esconde: de un lugar aparentemente estéril, seco, luego de unas pocas gotas de agua, muy pocas en verdad, brota vida en abundancia. Un mar de flores de distintos colores que regalan frescura, alegría y lozanía. ¡Qué generosa es la naturaleza! Pide tan poco y da tanto! El buen padre Dios está tras esa maravilla; es Él quien hace posible la vida, la mantiene y hace fecunda.

Pienso en esto al reflexionar sobre nuestra patria, sobre el ser chilenos, el convivir en una larga y angosta franja de tierra que nos ha confiado el Creador. Así lo cantamos en el himno nacional: «Majestuosa es la blanca montaña, que te dio por baluarte el Señor. Y ese mar que tranquilo te baña, te promete un futuro esplendor». Ahí agradecemos a Dios por regalarnos una tierra fecunda, un país de hermanos, donde todos somos necesarios y nos debemos sentir queridos. Al igual que el desierto florido, ¡se necesita tan poco para mejorar la convivencia, para crecer en paz, solidaridad, amistad unos con otros!

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El himno de la visita del papa Francisco resalta esa gran virtud: la paz. El Papa nos trae paz. Y es lo primero que debemos pedir en estas Fiestas Patrias. Paz en nuestros hogares, lugares de trabajo, vecindarios, en el sur. La paz y reconciliación comienzan en el corazón. Pero ésta sí, debe cumplir condiciones. «La paz exige cuatro condiciones esenciales: verdad, justicia, amor y libertad», señaló Juan Pablo II. Es un ejercicio arduo, muchas veces aparentemente infecundo, que obliga a trabajar por ella siempre con nuevas energías.

Chile es tierra de oportunidades. No las desperdiciemos. Hay más vida, más creatividad, más energía en ella, en nuestra gente, de lo que creemos. El norte florido manifiesta esas potencialidades dormidas que aguardan a una simple gota de agua para reverdecer.

Este 18 de septiembre se celebrará en todas las catedrales de Chile el tradicional Te Deum. Es parte esencial de nuestra tradición republicana. En el corazón de la independencia nacional está el «voto de O’Higgins» que le promete a la Virgen del Carmen construir un santuario donde se gane la batalla que consagre nuestra independencia. Y ahí está el Templo Votivo de Maipú, para recordarnos ese inicio de patria libre y soberana. No hay Chile sin la Virgen del Carmen, sin la tradición cristiana que traspasa nuestra historia hasta los tuétanos. La unidad de nuestra patria se debe en primerísimo lugar, a su fe vivida en personajes ilustres como Arturo Prat, el padre Hurtado, el mismo O’Higgins. Y rezamos para agradecer: «Te Deum laudamus..» «A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti, eterno Padre, te venera toda la creación..», se canta en ese solemne momento de oración común.

Que celebremos con alegría, paz y profundo sentido de hermandad. ¡Viva Chile!

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

 

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