El antiguo proceso de formación de la Escuela de Formación de Carabineros “Alguacil Mayor Juan Gómez de Almagro” consideraba dos semestres de estudios solamente. Luego, se incorporaban a las comisarías y allí debían tener un tutor asignado que los guiara los primeros meses al interior de la unidad.
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En el marco de la reforma institucional se decidió profundizar los conocimientos en la preparación de los futuros carabineros de Orden y Seguridad y que, además, sin una práctica policial, los recién egresados llegaban con muchas preguntas e incertidumbre a las unidades policiales, lo que limitaba su accionar en las tareas propias de una comisaría.
Para responder a esto es que se extiende el período de formación de dos a cuatro semestres, se incluyen asignaturas como Habilidades Comunicativas y Manejo de las Emociones, se profundizan temáticas como Derechos Humanos y Técnicas y Tácticas Policiales, y se incorpora una práctica policial.
El proceso contempla la realización de “una práctica de reconocimiento y una práctica policial, que permite que el carabinero desde el tercer semestre conozca el cuartel policial” y su futura labor, explica la mayor Jimena Oñate Silva, jefa de Estudios de la Escuela de Formación de Carabineros.
En la práctica de reconocimiento, que dura aproximadamente dos semanas, “se hace una observación en distintas oficinas, no sólo en la guardia, que es la instancia de relación directa con el público”, comenta la mayor Oñate.
De esta forma, los carabineros alumnos conocen las diversas oficinas y servicios al interior de la comisaría, con especial énfasis en “la Oficina de Integración Comunitaria, que tiene la misión de generar interacciones con la comunidad para recoger información relevante y poder planificar servicios y realizar prevención de los delitos”, agrega la oficial.
Luego, en el cuarto semestre de formación realizan una práctica policial, donde “ya son capaces de sentarse frente al computador y tomar una declaración, por ejemplo, atender público y relacionarse con ellos”, puntualiza la mayor Oñate.
Y es en esta instancia donde se puede observar como “ponen en práctica lo aprendido en la asignatura de Manejo de las Emociones y Habilidades Comunicativas, por ejemplo”, complementa.
Los nuevos carabineros “tienen las herramientas que adquirieron en sus dos años de formación para hacer su trabajo confiado de que lo están haciendo bien”, señala la mayor Oñate.
“Esta etapa de formación (la práctica) hace a un carabinero más seguro en su actuar”, lo que favorece directamente a la ciudadanía, concluye.