En 1980 los estelares nocturnos de TV ya formaban parte de aquella “cultura popular” de un época cuando arreciaba la dictadura militar y esa diversión servía tanto para entretener como para distraer de las aflicciones de un país con heridas abiertas. Un video icónico de Noche de Gigantes de ese año muestra al cura Raúl Hasbún, proclive al régimen, expresando su admiración por la estrella italiana Rafaella Carrá, porque “usted enaltece el espíritu”, según le confesó a la artista luego que cantara sus éxitos en el set.
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Sus biógrafos resaltan que Rafaella desafió a la censura, ganó la batalla contra quienes la tildaron de provocadora –incluyendo El Vaticano- y se convirtió en un icono para varias generaciones, aparte de ser un fenómeno musical.
Los hitos de una estrella internacional
La agencia Fremantles, reconocida por Got Talent y series como El nuevo Papa o Dioses Americanos. compró a los herederos de la diva los millonarios derechos para hacer un documental sobre la vida, la trayectoria y el impacto cultural de Carrá, quien construyó su fama con las facetas de actriz, bailarina, cantante, presentadora y modelo.
La serie incluirá imágenes y entrevistas inéditas de su intensa vida, con el propósito esencial de captar el sentimiento de Raffaella, a quien definen como “una de las mujeres más inspiradoras de Italia”.
“Su carrera sin precedentes como superestrella de la TV europea se extendió durante 7 décadas, convirtiéndose en un símbolo de la liberación y los derechos de la mujer”, reseña la productora.
Rafaella Carrá marcó muchos hitos. Entre otros, en 1965 actuó en la película El coronel Von Ryan, junto a Frank Sinatra; cantó con el ombligo a la vista durante la apertura del festival Canzonissima, en el canal principal en la RAI, escandalizando a la sociedad italiana; y se atrevió con una coregrafía del Tuca Tuca, a inicios de los 70, criticada por su erotismo en los medios. En rigor, su fortuna quedó repartida entre los dos sobrinos que crió y su último amor, Sergio Japino, aunque su mayor patrimonio lo depositó en la idolatría de millones de seguidores que consagran la importancia de su legado…