Este lunes, después de “Adrenalina”, una nueva retransmisión de “Cerro Alegre”, en donde Cristián Campos dio vida a uno de los roles centrales de la trama, “Adriano Ferrer”.
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Se trata de un actor chileno que brilla en Hollywood, pero que regresa al país para esclarecer cosas de su pasado y ajustar cuentas con la poderosa familia “Thompson”. En este regreso, además, se enterará de grandes secretos, entre ellos que hace 20 años tuvo un hijo del cual desconocía su existencia, por lo que ahora empezará su búsqueda.
“Soy un actor profético… era una especie de Pedro Pascal en esa teleserie, un actor chileno que triunfaba en Hollywood”, recuerda, entre risas, Campos, agregando que “este ‘Adriano Ferrer’ tenía algo de la bonhomía de nuestro Pedro Pascal. Era un hombre bueno que, de alguna forma, sacrificaba todo su gran éxito por permanecer en sus orígenes y cerca de su hijo”.
El actor declara que “yo lo recuerdo como un personaje muy noble, y recuerdo que, como venía de afuera, su vestuario fue toda una apuesta en su momento. Lo vestían con ropa que yo jamás me habría imaginado que me pondría. Muy estiloso todo, muy negro. Era una ropa que no se usaba en Chile, y debo decir que me hicieron bastante bullying mis compañeros en su momento por ser algo muy novedoso (ríe). Pero yo resistí estoico porque es bueno cambiar y ofrecer otras alternativas. Definitivamente el vestuario llamó mucho la atención y era bonito como aporte”.
En relación a que vuelva a transmitirse “Cerro Alegre” por el 13, Campos destaca que “me da orgullo y alegría que vuelva, es una teleserie que queríamos mucho porque era un rescate territorial que hacíamos de la zona de Valparaíso, y estuvimos muchos meses ahí. Me acuerdo que la música era muy bonita, el cover que hizo Joe Vasconcellos, y fue la primera vez que yo recuerdo que usamos un dron en teleseries. En los créditos yo estoy en la azotea de un edificio y el dron se adentraba mar adentro y luego venía volando hacia mí. Hoy se usan drones en todo el mundo, pero en ese entonces se terminaba el siglo y era como que se abrían las puertas a un futuro inimaginable y nosotros traducíamos esas pequeñas mejoras y estábamos muy orgullosos de hacerlo”.
A lo anterior, el intérprete añade que “fue muy interesante esa teleserie también porque era un melodrama que mezclaba lo social con una intriga con un poquito de thriller y en estilo romántica. Tengo muy buenos recuerdos y también de mi personaje”.
En ese sentido, rememora que “‘Adriano Ferrer’ era un caso arquetípico del melodrama, como fue un poco ‘La madrastra’ en su momento, que regresaba a vengarse de una injusticia que le habían cometido cuando joven. La gracia de este personaje es que era muy apasionado pero no era beligerante ni agresivo, y que trataba de descubrir la verdad sin la ira del personaje que hacía la María Izquierdo, que lo hacía muy bien y que era muy irascible”.