Jorge Alís realizó este miércoles una dolorosa confesión en el streaming “Que Weno VerZe”, de Pato Pimienta, donde reconoció que su padre padece Alzheimer y que este último tiempo se encuentra internado en un geriátrico de Buenos Aires.
PUBLICIDAD
LEE MÁS: Así es “La variante Alís”, lo nuevo del Argentino QL
El comediante recordó en el programa de Pimienta que su padre, pese a su enfermedad, mantiene el mismo sentido del humor que compartió con él cuando era más joven y que en este tiempo ha aprendido a conocer a “otra persona” en su papá.
Uno tiene años de terapia tratando de sacar estos mandatos paternos, los mandatos de la vida que te van complicando (...) y de repente, el Alzheimer de mi viejo lo puso en un espacio donde conversamos, donde me escucha.
— Jorge Alís
“Mi papá tenía ese tipo de humor (...) y mi papá no para en ese aspecto porque está con Alzheimer, entonces tiene la realidad súper alterada (...) estoy yendo mucho a Buenos Aires a ver a mi papá (...) mi viejo está en un geriátrico, entonces voy una vez por mes y ha sido muy loco ir a verlo, porque ha sido otro momento. Lo estoy tomando desde la perspectiva de que la vida es así y sin la cosa de ‘ay, qué tremendo’. He encontrado una relación con mi papá con Alzheimer, con otra persona, donde conversa mucho conmigo, he conocido a otra persona”, reconoció Alís.
El duro momento de Jorge Alís
El duro momento para el humorista lo resume el argentino en las dificultades que encontró para relacionarse en un principio con su padre.
“De repente la gente me decía ‘tu papá es genial, boludo, con tu papá converso mucho’. Y lo único que me decía mi viejo era ‘hola, ¿qué tal?’ (...) nunca conversábamos”, recordó en entrevista con lun.com.
Del mismo modo, reconoció al medio nacional que a veces su padre lo reconoce y otras veces no.
PUBLICIDAD
“A veces soy su hermano y me cuenta que tiene un hijo”, señaló Alís, quien reveló que en esos diálogos su padre solo tiene palabras buenas para él.
“Me dice ‘no, es bárbaro, mi hijo es genial’ y qué sé yo. Y habla cosas buenas de mí, cuando siempre él me había dicho que era un pelotudo”, agregó.
“Qué loco. Uno tiene años de terapia tratando de sacar estos mandatos paternos, los mandatos de la vida que te van complicando (...) y de repente, el Alzheimer de mi viejo lo puso en un espacio donde conversamos, donde me escucha. Cuando me reconoce como hijo hablamos más que antes”, finalizó.