El capítulo de este miércoles de “El discípulo del chef” dejó, más allá de la competencia en el estelar culinario de CHV, una nueva polémica luego que la integrante del equipo liderado por Ennio Carota, Daniela Castro, acusara al italiano de gritarle y desconcentrarla mientras preparaba la masa de un kuchen.
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Una fuerte discusión donde Castro dejó de manifiesto su molestia por las formas que usó Carota para dar sus instrucciones: “Si me grita no me puedo focalizar (...) se pone como Sergi (Arola, el chef español que también ha generado la molestia entre los participantes por sus gritos). Él (Ennio) no confía en mí (...) es un postre fácil (...) me está haciendo sentir como una idiota”.
Otro foco de conflicto en “El discípulo del chef”
“Si digo cosas es por algo. Nunca es de mala onda. Si te lo tomas mal (a Castro), es un tema tuyo, procésalo. Y si tenés un problema, las puertas del camarín están abiertas para que lo conversemos”, reconoce Carota en entrevista con lun.com, donde expone que con el estilo que utiliza para dirigir a su equipo en el programa de CHV, lo que busca es sacar lo mejor y más competitivo de cada uno de los participantes.
“Yo les explico perfectamente a todos cuáles son las fortalezas y debilidades que tenemos, yo incluido. Pero son porfiados, quieren llevar las cosas a su manera. No quiero decir que yo tengo la razón, eso me da exactamente lo mismo. Pero si tú quieres ganar, se escucha y armamos equipo (...) y siempre les repito todo el tiempo que esto es un juego, que disfruten”, explicó.
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Precisamente esa postura, sumada a los gritos que se hacen habituales en cada competencia por equipos, es lo que Carota reconoce que son una práctica de años en el mundo de la cocina profesional, pero que en estos tiempos provoca reacciones adversas en quienes participan de programas culinarios.
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“Yo diría que hoy no se grita (en las cocinas). Hoy, todos son sensibles, a todos les toca la autoestima. Dependiendo de cómo se dicen las cosas, se lo toman personal”, reconoció el italiano, quien recordó que en sus inicios en la cocina los gritos y presiones eran la norma entre los chefs que dirigían las cocinas de restaurantes en todo el mundo.
“En los años setenta. Y lo peor de todo era que nosotros disfrutábamos de eso porque éramos adictos, era lo que nosotros buscábamos. Esa presión te daba la adrenalina que tú buscabas y que necesitabas (...) esa era la cocina de antes. No existe más. Fue una etapa. Hoy es otra etapa y con esto no quiero decir que antes era mejor o peor”, señaló.
“(Ahora) la gente es mucho más sensible y hay que tener mucho cuidado con cómo dices las cosas. Yo trato de ser lo más respetuoso que puedo, quiero que lo pasen bien, porque esto es un programa de cocina, no es la vida”, insistió Ennio, quien ya se resigna a en que próximos episodios del programa los televidentes verán nuevos momentos de furia con sus discípulos.
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“Seguramente va a salir un programa (episodio) mío muy nefasto. Cuando me sacan, me sale la parte más fea de mí. Los mandé a la c... a todos. Ni me acuerdo por qué. Yo olvido inmediatamente”, agregó el chef, quien lamentó el cambio que ha visto respecto de los últimos participantes en programas de cocina.
“No me gusta la farándula. Me gustaba cuando venían los chicos con la ilusión de aprender a cocinar”, cerró.