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“Los ojitos se le pusieron cristalinos”: Wilma González y el emotivo reencuentro con su hijo tras vivir varios meses en Miami

La exchica reality estuvo cerca de 100 días capacitándose como entrenadora fitness en Estados Unidos, y este lunes regresó al país para ver a Noah.

La española regresó al país luego de estar dos meses estudiando en Miami.
Wilma González. Fuente: Instagram @wilmagonzalezfit.

La española Wilma González, radicada en Chile desde 2006 luego de sus apariciones en realities como “Mundos Opuestos” o “Pareja perfecta”, entre otros proyectos televisivos, vivió este lunes un emotivo reencuentro con su hijo Noah tras regresar al país después de varios meses de capacitaciones en Miami, Estados Unidos.

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Dedicada a sus proyectos laborales, entre los que se cuenta su reciente certificación como entrenadora fitness en la nación norteamericana, Wilma debió viajar junto a su actual pareja (Nicolás Seguel) por cerca de 100 días a Miami, dejando en ese periplo a su hijo junto a su expareja, el también participante de realities, Gonzalo Egas, quien en el país se ha convertido en la figura paterna del menor de 12 años.

Está tan alto (su hijo, Noah), casi me alcanza. Creo que ya mide más o menos 1,68 metros, mucho para sus 12 años.

—  Wilma González

El reencuentro de Wilma González

“En cuanto llegué vi que Noah se emocionó. Los ojitos se le pusieron cristalinos. Desayunamos juntos pan de molde con palta”, detalló la española en conversación con lun.com.

“Lo echaba de menos porque me parece que acá la comida tiene más sabor. Luego nos pusimos a jugar al FIFA en la PlayStation y yo estaba tan cansada que me quedé dormida a su lado, jajajá”, agregó la hispana, quien reconoció que en este corto tiempo sin ver a su hijo, el menor incluso creció algunos centímetros.


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“Está tan alto, casi me alcanza. Creo que ya mide más o menos 1,68 metros, mucho para sus 12 años. Está marcadito porque ha entrenado con su papá (Egas) y donde tenía una pancita ahora se le ven unas pequeñitas calugas”, señaló Wilma, quien aprovecha cada momento junto a su hijo, considerando que en las próximas semanas tramitará la visa para volver a trabajar a los Estados Unidos.

“De pronto tiene esos cambios de humor típicos de los preadolescentes, pero sigue siendo súper regalón. Desde que llegué nos hemos dado muchos abrazos y besos. Hemos jugado a las luchas, como empujándonos. Si antes yo ganaba, ahora él me gana”, finalizó.

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