Kenita Larraín fue una de las invitadas a El Purgatorio, donde el primer tema por el que fue consultado fue el quiebre con Iván Zamorano y la suspensión de su matrimonio.
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En relación a lo que afirmó Daniella Campos en el capítulo pasado del programa, donde apuntó a una infidelidad de ella como la causa de su comentado quiebre con Zamorano, la numeróloga precisó que “yo confío en que Daniella tiene recursos y luz propia para buscar algo que le guste y la haga feliz, y no estar recurriendo a descalificar al resto. Ella dice cosas que faltan a la verdad y que no tiene cómo saber porque nunca fue cercana a la pareja”, dijo sobre los dichos de Daniella.
Según explicó Kenita, la cancelación del matrimonio fue algo más complejo. “No hubo infidelidad de ninguno de los dos. Estábamos mal de antes. Cuando se acercaba la fecha fueron momentos complejos. Terminamos muchas veces y volvíamos porque había mucha presión”, sostuvo, agregando que todo explotó una semana antes de la fecha pactada.
“Peleamos ese sábado, una semana antes, y los dos decidimos terminar. Ese día él se fue de mi casa y quedó de suspender el matrimonio. Yo tenía mucho miedo, y al día siguiente tomé un avión y me fui a España con la relación terminada”, contó, aceptando la invitación de su exnovio Carlos Moyá. Según explicó, Iván quedó de cancelar el vínculo, pero no lo hizo. “Iván incluso hizo su despedida de soltero. Entonces mi mamá me llamó y me dijo que tenía que venir a dar la cara, porque aquí nadie había suspendido nada”, aseguró Kenita.
Consultada por Nacho acerca de los rumores de que hubo violencia de parte de Zamorano hacia ella, Kenita dijo “no lo descarto”, y puntualizó: “Me sentía mal, sentía que no me trataban bien. Quizás me amaba poco, tenía la autoestima muy baja. Permití cosas que no debí haber permitido, y por eso cuando se acabó se acabó para siempre, mientras que él pensaba que era una pelea más. Yo sentía que no me querían, no me sentía amada”.
Luego de que Pamela Díaz, la segunda invitada, la interrogara sobre sus motivos para sacar a colación ahora estos temas, tras tantos años, Kenita sostuvo: “Callé por mucho tiempo, para mí esto es una liberación. Siempre callé por otras personas y cuando lo denigraban lo defendía, pero a mí nadie me defendió, se dijo de todo. Hoy tengo que pensar en mí y en mi familia. Hoy tengo una hija y no me gustaría que a ella la traten mal y pase por lo que yo pasé, física y sicológicamente, y lo callara por proteger a otras personas”.
“Él hasta hoy no me perdona que no me haya casado con él. Yo tenía mucho miedo, me encerraba en el baño, lloraba. Le pido disculpas si en algún momento lo herí porque no me casé y por lo que queríamos construir juntos. Ojalá algún día podamos conversar y sanar ese dolor”, agregó.