Claudio Moreno e Iván Arenas fueron los invitados de este sábado en “Socios de la parrilla”, donde relataron algunas anécdotas de sus inicios en televisión y lo que fue para ellos los festejos navideños en su infancia y adolescencia.
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Quien más emocionó con su recuerdo fue Moreno, que detalló las complicaciones que tuvo en su infancia para obtener uno de los regalos que más esperó de parte del Viejo Pascuero, una bicicleta que nunca llegó debido a que es el quinto de siete hermanos.
Las navidades en “Socios de la parrilla”
“Mis Navidades eran muy mágicas y el cuento de que el ‘Viejito’ estaba pobre era todos los años”, relató, entre bromas, el hombre detrás de Guru Guru. “El ‘Viejito Pascuero’ todavía me debe la bicicleta”, agregó Moreno, quien de todos modos, disfrutaba esas fiestas familiares, siempre enfocado en su vera artística.
“Desde chico quería ser artista, quería estar sobre un escenario desde muy niño”, puntualizó.
Por su parte, Iván Arenas rememoró de su infancia el hecho del parecido que el tío Valentín Trujillo, con quien trabajó por años en “El Mundo del Profesor Rossa”, tenía con su padre. Algo que llevó a Arenas a tener una relación casi paternal con el músico.
“Cuando llegué a Canal 13, vi al tío Valentín y le dije ‘papá’ y él aceptó. Fue una historia muy bonita”, contó el profesor, quien junto a Moreno recordaron que cuando se conocieron, Arenas no lo aceptaba por encontra que se vestía estrafalariamente.
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“Yo lo encontré histriónico, tenía personalidad, hacía gesticulaciones y era muy corporal (...) y dije: ‘Él podría ser Guru Guru’ (...) de todos modos, yo no quería a un actor, porque el actor se aprende de memoria el asunto y yo quería que fuera una persona que se metiera en el personaje, sin estar actuando al personaje”, relató Arenas.
Por su lado, Moreno reconoció que la propuesta no le pareció tan atractiva en un principio, pero que finalmente aceptó debido al buen sueldo que le ofrecían por interpretar al icónico personaje del programa de Arenas.
“Claudio le dio una vida completamente diferente, le dio movimiento, bailó y nos costó ponernos de acuerdo en el lenguaje. Pero nos íbamos todos los días a una sala de ensayo. Todo lo que le pedía, él lo empezó a hacer (...) era una mezcla de un lenguaje muy especial, era otra manera de hacer la fonética. Y se convirtió en el personaje más querido de Chile”, sentenció Arenas.